Por Caroline Pailliez y Dominique Vidalon
PARÍS, 9 dic (Reuters) - Los conductores de dos de las líneas de metro de París votaron el lunes a favor de prolongar la interrupción de su actividad hasta el final de la semana, mientras Francia encaraba un quinto día de huelgas, una señal de que los trabajadores del transporte continuarán luchando contra los planes del Presidente Emmanuel Macron para racionalizar las pensiones.
La próxima semana supondrá un desafío para la entereza y la capacidad de Macron de introducir el cambio social y económico que, según él, es necesario para que Francia pueda competir con potencias como China y Estados Unidos.
La huelga del sector público ha golpeado más duramente al sector del transporte. En París, los servicios de trenes, autobuses y metro se vieron gravemente perturbados y enormes atascos paralizaron las carreteras cuando los viajeros optaron por usar sus vehículos.
Tras meses de consultas, el responsable de las pensiones de Macron, Jean-Paul Delevoye, se reunirá el lunes con los dirigentes sindicales antes de presentar sus propuestas de reforma al primer ministro Edouard Philippe.
"Veremos si solo nos ha oído, o si nos ha escuchado", dijo a la radio France Info Philippe Martínez, líder del sindicato CGT, el más grande de Francia para el sector público. "Tienen que retirar la reforma."
Sin embargo, parece poco probable que vaya a pasar. Philippe dijo al semanario Dimanche que estaba decidido a llevar a cabo la revisión de lo que es uno de los sistemas de pensiones más generosos entre los países industrializados desarrollados.
Los sindicatos han convocado protestas masivas el martes y el Gobierno estará atento para ver si los más de 800.000 que marcharon por las ciudades francesas el jueves vuelven a hacer acto de presencia.
Macron quiere sustituir el complicado sistema compuesto por más de 40 planes de pensiones diferentes, cada uno con prestaciones diferentes, por un sistema único, basado en puntos, en virtud del cual, por cada euro aportado, todos los pensionistas tienen los mismos derechos.
Los sindicatos del sector público están preocupados por que sus trabajadores salgan malparados ya que bajo el sistema actual el Estado compensa el déficit crónico entre la pensión y los salarios en el sector.
Los sindicatos, que luchan para demostrar que siguen siendo relevantes después de que Macron flexibilizara el código laboral y reformara la Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses (SNCF) estatal, también están preocupados por perder influencia sobre las cotizaciones y las prestaciones en el marco de un sistema de gestión centralizada basado en puntos.
La batalla la ganaré en parte quien cuente con el favor de la opinión pública. Las encuestas previas a las huelgas mostraron que la población estaba relativamente dividida. El lunes, en el metro, hubo simpatía e irritación hacia los huelguistas.
"No lo entiendo. No es la manera correcta de hacer las cosas, que la RATP (Empresa Autónoma de Transportes Parisinos) bloquee a la gente de esta manera", dijo el viajero Charles Ramm. "Se volverá contra los sindicatos."
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La contable Lamia Massoudi dijo que apoyaba la huelga, aunque conllevara molestias. "Estoy con ellos", dijo Massoudi.
(Información de Caroline Pailliez y Dominique Vidalon; escrito por Richard Lough, editado por William Maclean; traducido por Laura Hijón en la redacción de Gdansk)