Por Pawel Sobczak
VARSOVIA (Reuters) - Los líderes de cuatro países centroeuropeos prometieron el martes que no serán chantajeados por las amenazas de castigo financiero procedentes de Bruselas en caso de no cumplir con la reubicación de miles de refugiados de Oriente Próximo y África.
Austria también dijo que buscará quedar exenta de la obligación de aceptar más solicitantes de asilo, argumentando que ya ha acogido a su parte justa durante la crisis migratoria que afronta Europa.
Los primeros ministros del Grupo de Visegrado (V4) -Polonia, Eslovaquia, Hungría y República Checa- dijeron que tienen el derecho soberano a decidir cómo lidiar con los inmigrantes que han llegado en masa al continente, principalmente escapando de la guerra en Siria.
El principal responsable de la Unión Europea en materia de migración lanzó la semana pasada una advertencia a los Estados miembros que no estuviesen dispuestos a acoger refugiados para aliviar la presión a la que están sometidos países como Grecia e Italia, que soportan gran parte del flujo de llegadas a través del Mediterráneo.
Numerosos políticos de países occidentales de la UE también se han pronunciado a favor de los planes comunitarios de llevar a cabo acciones contra los Estados que se nieguen a aceptar refugiados, incluyendo cortar la financiación de la UE.
"Polonia y el Grupo de Visegrado nunca cederán ante este chantaje o ante la imposición de estas condiciones", dijo a periodistas la primera ministra polaca, Beata Szydlo, después de la reunión del V4.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, también dijo que vincular la financiación comunitaria con la política migratoria era "chantaje".
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, que ha tildado la inmigración de "caballo de Troya para el terrorismo", también defendió su nueva política migratoria consistente en detener a los inmigrantes en la frontera.
Menos de 14.500 solicitantes de asilo han sido reubicados desde Grecia e Italia en virtud del plan de dos años de Bruselas, que pretendía reubicar a 160.000 personas y que expira en septiembre.
Alrededor de 1,6 millones de refugiados e inmigrantes llegaron a la Unión Europea entre 2014 y 2016. La cuestión de cómo gestionar esto ha sido uno de los principales puntos de enfrentamiento entre los Estados miembros.
"La política migratoria actual ha suspendido el examen", dijo Szydlo.