El nuevo presidente francés, el centrista Emmanuel Macron, designó el lunes a un primer ministro conservador, en una decisión que busca ampliar su respaldo político y debilitar a sus rivales antes de las elecciones legislativas de junio.
Edouard Philippe, de 46 años, un legislador y alcalde de la ciudad portuaria de El Havre, pertenece al ala moderada del principal partido de centroderecha, Los Republicanos, y será un contrapeso de los exparlamentarios socialistas que se unieron a la causa de Macron.
Macron prometió terminar con las políticas de izquierda y derecha que dominaron Francia durante décadas, y su partido La República en Marcha (REM), que solo tiene un año, necesita hallar una amplia base de apoyo para las elecciones parlamentarias.
Philippe está vinculado al ex primer ministro Alain Juppé, quien lidera el ala moderada de Los Republicanos y ha indicado que ayudará a Macron. Su designación podría atraer a más partidarios de Los Republicanos.
Además, la decisión de Macron de no nombrar a un candidato de REM para oponerse al ex primer ministro socialista Manuel Valls en su distrito electoral lo acerca más a Valls y hace más difícil el panorama para una dividida izquierda.
Es la primera vez en la historia política moderna de Francia que un presidente designa a un primer ministro fuera de su partido sin estar obligado por una derrota en elecciones parlamentarias.
Philippe comenzó su carrera política como activista socialista cuando era estudiante antes de volcarse a la derecha. Abogado de profesión, trabajó como director de asuntos públicos para el grupo estatal nuclear Areva (PA:AREVA) entre 2007 y 2010, se convirtió en legislador en 2012, y luego en alcalde de El Havre en 2014.
El año pasado fue parte del fallido intento de Juppé en las primarias de Los Republicanos y luego se sumó a la campaña presidencial de Francois Fillon, el candidato del partido. Philippe abandonó esa causa cuando estalló un escándalo financiero sobre trabajos falsos para la familia de Fillon.