Por Joan Faus
BARCELONA, 16 oct (Reuters) - Grupos independentistas catalanes iniciaron el miércoles una marcha de tres días para protestar por la condena a prisión de nueve líderes independentistas, mientras el Gobierno español emitía un nueva advertencia de que intervendrá si es necesario para garantizar la seguridad.
El Gobierno reiteró que actuará con firmeza y proporcionalidad para mantener el orden, después de que los manifestantes lanzaran latas, piedras y bengalas a la policía antidisturbios, e incendiaran contenedores de basura y cartones en una tensa confrontación con las fuerzas del orden en Barcelona, la capital regional. Treinta personas fueron detenidas.
Los disturbios suponen un desafío tanto para el líder independentista catalán, Quim Torra, como para el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez.
"Sánchez le ha trasladado un mensaje claro: no descarta ningún escenario, todo esta previsto y actuará, si es preciso, desde la firmeza, la proporcionalidad y la unidad", dijo La Moncloa en un comunicado, mientras el presidente se reunía con los líderes de los principales partidos nacionales para buscar una respuesta común a los disturbios.
El líder socialista, que se presenta a elecciones el 10 de noviembre, está bajo la presión de los partidos de derecha para que sea más duro con Cataluña y active una ley de seguridad nacional para tomar el control de las fuerzas de seguridad de la región.
"El Gobierno debe aplicar ya la ley de seguridad nacional para Quim Torra no esté en la cadena de mando de las políticas de seguridad (de la región)", dijo el líder del PP, Pablo Casado, tras reunirse con Sánchez.
Los políticos de Madrid han estado presionando a Torra para que condenara la violencia, pero no lo hizo cuando los periodistas le pidieron que comentara los disturbios del martes.
"Lo importante aquí es ver a estas personas que rechazan la sentencia", dijo Torra mientras participaba en una marcha de protesta cerca del bastión separatista de Girona. "Es fantástico ver a la gente movilizándose".
Los manifestantes salieron a las calles después de que nueve líderes catalanes fueran condenados a entre 13 y 9 años de cárcel el lunes por su papel en el fallido proceso independentista de 2017.
El afán independentista de Cataluña ha provocado una grave crisis política en España, la cuarta economía de la Unión Europea, y la reacción de Madrid es seguida de cerca por otros países europeos, como Escocia, donde también hay movimientos independentistas.
Tras el fracaso de la deriva separatista en 2017, más de 4.000 empresas se trasladaron fuera de Cataluña, entre ellas los bancos catalanes CaixaBank (MC:CABK) y Banco Sabadell (MC:SABE).
DISTURBIOS VIOLENTOS
Se prevén más protestas independentistas en Barcelona y Madrid el miércoles por la noche y durante toda la semana.
La Liga, responsable de la principal torneo de fútbol en España, ha solicitado a la Federación Española de Fútbol que trasladara a Madrid un partido programado entre el Barcelona y el Real Madrid el 26 de octubre debido a las protestas.
Multitudes independentistas partieron el miércoles desde varios municipios de toda Cataluña, en unas las marchas convocadas por Asamblea Nacional Catalana y Omniùm Cultural, que han organizado muchas protestas pacíficas en el pasado y que no estaban detrás de las protestas del martes, que se volvieron violentas.
Se espera que las marchas lleguen a Barcelona el viernes, coincidiendo con la convocatoria de una huelga general por parte de sindicatos locales y manifestaciones independentistas en la región.
Las autoridades de salud dijeron que se había atendido a 125 personas, aunque ninguno estaba herido de gravedad. La policía regional catalana dijo que 43 agentes resultaron heridos.
"Es triste ver la ciudad así, pero también es triste ver a la gente en la cárcel", dijo Rafael Miró, de 67 años, mientras los limpiadores arrastraban los contenedores de basura carbonizados.
Otros lamentaron la violencia y los incendios.
"Esto me pareció demasiado fuerte para mí porque había personas de la tercera edad en las calles, había menores que fueron golpeados y terminaron gravemente heridos", dijo una mujer de 20 años de edad que sólo se identificó como Marina.
Tras la sentencia, el Tribunal Supremo español emitió una euroorden contra el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que vive en un exilio autoimpuesto en Bruselas.
La fiscalía belga dijo el miércoles que había recibido la petición. Bélgica ha rechazado en dos ocasiones el requerimiento y una portavoz dijo que podrían pasar semanas antes de que se tome una decisión sobre la nueva orden de extradición.
(información adicional de Belén Carreño y Jose Elías Rodríguez, Marine Strauss en Bruselas, Escrito por Ashifa Kassam, editado por Timothy Heritage, traducido por Emma Pinedo)