Por William James
LONDRES (Reuters) - El juicio de la primera ministra británica Theresa May ante el Parlamento para sacar adelante su plan para el Brexit es sólo el principio.
Hasta el 29 de marzo, fecha en que Reino Unido saldrá oficialmente de la Unión Europea, May se enfrentará a decenas de votaciones decisivas en el Parlamento, que se encuentra dividido en innumerables facciones, muchas de las cuales tienen una sola cosa en común: su rechazo al acuerdo de divorcio con Bruselas.
La atención está puesta sobre el 'voto decisivo', cuya celebración se espera para mediados de diciembre, cuando la Cámara de los Comunes, con 650 escaños, acepte o rechace el acuerdo de manera definitiva.
La incertidumbre se cierne sobre el proceso, como ha sido la constante a lo largo del Brexit. Pero la primera ministra del Partido Conservador probablemente tenga que abrirse camino a través de votos procesales y luchar contra los intentos de modificar el borrador del acuerdo incluso antes de la celebración del voto decisivo.
Suponiendo que May gane el voto decisivo -y que incluso podría haber una repetición del mismo-, la primera ministra hará frente a una experiencia tan dura como la anterior para transformar en ley el complejo acuerdo antes de marzo.
El deber de May, que lidera un gobierno en minoría, es abrumador. El diputado euroescéptico Steve Baker cree que al menos 54 de sus homólogos conservadores están decididos a votar en contra de su líder.
Entonces, ¿cuáles son las probabilidades de May de que el acuerdo salga adelante?
"Cero", sentenció.
El proceso concede al Gobierno algo de tiempo. La portavoz de May ha declarado que la primera ministra considera que el acuerdo puede ser aprobado por el Parlamento y que los ministros se centrarán en ganar apoyos durante las próximas semanas.
"Cada miembro del Parlamento tendrá que hacer su propia valoración, su propia decisión, sobre lo que concierne al interés nacional", dijo a la BBC el ministro de Educación, Damian Hinds.
Hasta ahora, May ha sobrevivido a una ola de dimisiones ministeriales y a una campaña dentro de su partido para destituirla.
Una vez los líderes de la UE firmen formalmente el acuerdo, como se prevé el domingo, comenzará oficialmente el proceso parlamentario, pero los números parecen estar en contra del Gobierno.
El plan se enfrenta a la oposición tanto de euroescépticos como de europeístas de los 314 diputados activos de su partido, cerca de 313 miembros de la oposición y 10 del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte (DUP), que se supone que debe apoyar al Gobierno.
(Información de William James; Traducido por Alba Calejero en la redacción de Madrid)