Por William James
HANGZHOU, China (Reuters) - La primera ministra británica, Theresa May, rechazó un sistema basado en puntos para reforzar la vigilancia de los inmigrantes, lo que generaría un conflicto en su gobierno con quienes favorecen la salida del país del bloque, después de prometer controles similares a los que emplea Australia.
May, que defendió la permanencia de Reino Unido en el bloque pero ha prometido respetar el referendo del 23 de junio en el que los británicos decidieron separarse de la UE, dijo que esos sistemas eran difíciles de manejar y que no había una "solución milagrosa" en materia de inmigración.
May ha dejado en claro que tendrá que haber algunos controles sobre inmigración, pero todavía debe decir cómo funcionarán, un tema decisivo para los empleadores y para las negociaciones con la UE sobre el futuro acceso de Reino Unido al mercado europeo.
"Lo que el pueblo británico votó el 23 de junio fue llevar cierto control al movimiento de personas desde la Unión Europea a Reino Unido", dijo May a reporteros el lunes tras una cumbre de líderes de las naciones del G20 que se celebró en China.
"Un sistema basado en puntos no ofrece ese control", dijo la primera ministra. "Quiero un sistema donde el gobierno pueda decidir quién ingresa al país. Creo que eso es lo que los británicos quieren", agregó.
Australia autoriza el ingreso de inmigrantes según su ocupación, cualificaciones y otros factores pero May dijo que los sistemas basados en puntos dan lugar a abusos y no ofrecen al gobierno un control pleno de quienes ingresan al país.
Los comentarios de May ofrecen una primera mirada a su postura en torno a la pregunta más dura que planteó el referendo: ¿cómo endurecer los controles fronterizos con la UE sin perder acceso a su mercado común?