BEIRUT (Reuters) - La canciller alemana, Angela Merkel, minimizó las expectativas de lograr un gran avance en la reunión que celebrarán algunos líderes de la Unión Europea el domingo para abordar la disputa migratoria que divide al continente.
Los planes para realizar una reunión de emergencia de 10 líderes de la UE el domingo, antes de una cumbre completa a fines de la próxima semana, se volvieron un caos el jueves, después de que el nuevo primer ministro de Italia dijo que se redactó un nuevo borrador sobre inmigración tras un enfrentamiento con Merkel.
La canciller alemana tiene la espalda contra la pared. Necesita que los líderes de la UE acuerden en la cumbre del 28 y 29 de junio compartir de manera más equilibrada a las personas que buscan asilo para calmar a sus aliados conservadores de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), pero países como Italia se muestran muy reacios.
"La reunión del domingo es un encuentro de consultas y de trabajo en la que no habrá una declaración con conclusiones", dijo Merkel a periodistas en Beirut, en una comparecencia junto al primer ministro de Líbano, Saad Hariri. "Es un intercambio inicial con estados miembros interesados", añadió.
No obstante, si no se logra un acuerdo "satisfactorio" en la cumbre de la próxima semana, el ministro del Interior germano y jefe de la CSU, Horst Seehofer, ha amenazado con desafiar a Merkel y rechazar en la frontera a la gente que haya solicitado asilo en otros países de la UE.
Los controles fronterizos nacionales minarían el sistema de fronteras abiertas de la UE y podrían provocar una crisis de gobierno en Alemania, aunque Merkel intentó minimizar esta posibilidad también. "Estoy trabajando para que la coalición haga las tareas que se consignaron en el acuerdo (...) Tenemos mucho más por hacer", declaró.
Merkel está trabajando también en acuerdos bilaterales con socios como Italia y Grecia para reducir la carga migratoria que recibe Alemania. Tras haber recibido a 650.000 inmigrantes en los cinco últimos años, Roma objeta la idea de que los solicitantes de asilo deban volver al primer país de la UE en que se registraron.
Merkel, cuya política de puertas abiertas provocó la llegada a Alemania de más de 1,6 millones de inmigrantes desde 2014, tratará también el asunto el martes en Berlín con el nuevo presidente español, Pedro Sánchez.