Por Jon Nazca
MÁLAGA, España, 5 mayo (Reuters) - Un modelo de tamaño natural del cadáver del pintor Pablo Picasso yace sobre un pedestal en ciudad natal de Málaga, con los ojos cerrados y las manos cruzadas.
El artista que transformaba sus temas en abstracciones cubistas es inmortalizado en una escultura inquietantemente realista vestido con su característica camiseta de rayas blancas y azules y zapatos negros.
La obra, hecha en silicona, resina y fibra de vidrio, con cabello humano y ropas reales, fue creada por el artista español Eugenio Merino, conocido por sus modelos sumamente realistas de dictadores como Francisco Franco.
Picasso yace en una habitación pequeña en la sucursal del instituto cultural Alianza Francesa en la ciudad, el final de una visita a los lugares más importantes de su vida.
A primera vista parece otro intento por atraer turistas. Pero, dicen los organizadores, las visitas y la escultura son realmente una crítica a la manera en que la ciudad a usado a Picasso con fines comerciales.
"El proyecto supone una crítica al turismo de masas y a la industria cultural de la ciudad marca, en la que el turismo entra en conflicto con las necesidades de la población residente, donde lo real da paso a escenarios recreados para el visitante", dijeron Los Interventores, un grupo de artistas que encargó la exhibición.
La visita pasa por la iglesia donde Picasso fue bautizado, su escuela y la plaza de toros, antes de terminar ante la escultura del cuerpo, colocada cerca de una lápida de mármol en la que en letras doradas se lee: "Aquí yace nuestro querido amigo Pablo Picasso (1881-1973)".