Por Marcelo del Pozo
SEVILLA (Reuters) - Podría ser un espectáculo condenado a morir pero el torero Javier Jiménez dice que los contrarios a las corridas de toros simplemente lo son porque nunca han visto ninguna y no han sentido la intimidad y el arte que desprenden.
"Tengo amigos a los que no les gustan los toros, pero nunca han ido a una corrida", dijo. "Es como una canción o un cuadro, no sabes por qué te gusta, pero te transmite algo profundo".
Jiménez tiene sólo 25 años pero lleva toreando desde los 15, poco después de que su hermano Borja, también torero, y él empezaran a llevar la muleta al colegio en la localidad sevillana de Espartinas para fardar con sus pases y habilidades toreras.
"Cuando mi hermano torea, me pongo nervioso porque sé exactamente cómo es y lo que puede pasar".
Ahora, en su séptima temporada en la Real Maestranza de Sevilla, Jiménez dice que todavía siente el mismo miedo que tuvo la primera vez que clavó la rodilla en la arena mientras esperaba al toro frente a la puerta de toriles, como se puede comprobar en esta galería de imágenes de Reuters: http://reut.rs/20Qt5w1.
"Le pregunté a un torero que llevaba 50 años en los ruedos y me dijo que sigue sintiendo lo mismo que la primera vez".
(Escrito por Angus Berwick; Traducido por Ana Vicario)