SYDNEY (Reuters) - Fuertes réplicas sacudían las lejanas y escarpadas zonas montañosas de Papúa Nueva Guinea el lunes, mientras ascendía a 55 el balance de muertos desde el terremoto de 7,5 grados de la semana pasada, que se prevé que aumente.
Tres temblores de magnitud superior a 5 en la escala de Richter, incluido un seísmo de magnitud 6, azotaron el lunes por la mañana una zona montañosa a unos 600 kilómetros (370 millas) al noroeste de la capital, Port Moresby, dijo el Servicio Geológico de Estados Unidos.
"No hemos dormido. Ha estado temblando toda la noche", dijo el administrador provincial de la provincia de Hela, William Bando, por teléfono desde Tari, a unos 40 kilómetros del lugar de los seísmos.
"Lo que hemos sentido esta mañana podría haber causado más daño, pero no sabemos... casi me tiró de la cama".
La región ya había sufrido graves daños el 26 de febrero, cuando el terremoto más grande que se ha producido en casi un siglo en estas montañas sísmicamente activas tumbó edificios, provocó deslizamientos de tierra y obligó al cierre de instalaciones de petróleo y gas.
El balance de víctimas mortales se elevaba el lunes a 55 muertos, dijo James Justin, representante del Ministerio de Petróleo y Energía en Port Moresby, mientras llegaban a la capital noticias de más muertes por radio de onda corta.
La mayoría de las muertes confirmadas se produjeron en los alrededores de Mendi, la capital de la provincia, y en el municipio de Tari, dijo, donde los deslizamientos de tierras enterraron edificios.
"La gente teme mucho por sus vidas ya que no ha parado de haber terremotos continúan desde que comenzó", dijo. "Quieren saber cuándo va a parar".
Aunque la región no tiene grandes centros urbanos, alrededor de 670.000 personas viven en un radio de 100 kilómetros del epicentro, según la Cruz Roja.