Por Sabine Siebold y Nandita Bose
MUNICH, 19 feb (Reuters) - Rusia no debe intentar mover las fronteras de Ucrania por la fuerza, advirtieron los líderes occidentales el sábado, diciendo que estarían listos para responder incluso si Rusia crea un pretexto para una invasión al acusar a Ucrania de agresión.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, dijo que Estados Unidos reforzaría el flanco este de la OTAN para actuar como otro elemento disuasorio de cualquier acción militar rusa además de la amenaza de sanciones.
"Las fronteras nacionales no deben cambiarse por la fuerza", dijo Harris en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
"Hemos preparado medidas económicas que serán rápidas, severas y unidas", dijo. "Apuntaremos a las instituciones financieras y las industrias clave de Rusia".
Los líderes occidentales se reunieron en Múnich en medio de informes de explosiones dentro del territorio ruso al este de Ucrania y en las partes del este de Ucrania que están controladas por rebeldes respaldados por Moscú.
Pero la mayoría también agregó que la diplomacia aún no había seguido su curso.
"La historia aún no se ha escrito: hay una salida que el gobierno ruso puede elegir en cualquier momento", dijo la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, después de una reunión de ministros de Relaciones Exteriores occidentales.
"Nuestro mensaje común para ellos es muy claro: no cometan este error fatal. Retiren sus tropas... Hablemos".
Pero advirtió que no se deje engañar por la información errónea proveniente de las regiones separatistas, y dijo que Ucrania no había hecho nada para dar a los líderes separatistas una razón para las evacuaciones que ordenaron el viernes.
"No debemos permitir que se cree un casus belli de la nada", dijo a periodistas. "¿Rusia tiene 140.000 soldados en las fronteras de Ucrania y ahora nos dicen que se sienten amenazados?", apuntó.
(Por Sabine Siebold, Nandita Bose y Andreas Rinke en Múnich; reporte adicional de Robin Emmott y John Chalmers en Bruselas, Ryan Woo en Beijing; Thomas Escritt, Kirsti Knolle, Maria Sheahan y Sarah Marsh en Berlín; David Milliken en Londres; Editado en español por Juana Casas)