Por Alexandra Ulmer
VOLGOGRADO, Rusia (Reuters) - Un hincha de Islandia fue a la escuela primaria con el padre de uno de los futbolistas de la selección. El hijo de otro aficionado solía atender al equipo en un bar, mientras que otro está vinculado con el chef del equipo.
Con una población de casi 350.000 personas, Islandia es la nación más pequeña que se clasifica en un Mundial de fútbol. Para quienes viajaron a Rusia a ver la que es la primera participación de su país en el torneo, la selección a menudo es algo muy personal: muchos miembros de la afición están emparentados o tienen relaciones personales con los jugadores.
Bjarni Arnason, arquitecto islandés de 31 años que viajó a Volgogrado a apoyar a su selección, recordó haber jugado balonmano en secundaria con el defensa Ragnar Sigurdsson.
"¡Era buenísimo!", comentó Arnason. "Era tan bueno que el equipo de fútbol quería que jugase sólo a fútbol".
Las conexiones siguen: un amigo de Arnason es mejor amigo de la esposa del portero islandés, mientras que un primo jugaba al fútbol con otro de los seleccionados.
El padre de Arnason, quien también está en Volgogrado, es un viejo amigo del padre de Alfred Finnbogason, que marcó en el empate 1-1 contra Argentina el sábado. Svavar Asmundsson, de 59 años, contó que su hijo solía atender la mesa de la selección en un bar de Reikiavik, comentando que "¡algunos eran más locos que otros!".
Sin embargo, lo estrecho de los lazos de la comunidad nunca se ve como algo sofocante, aseguró el padre del centrocampista Birkir Bjarnason, que viajó a Volgogrado para verlo jugar contra Nigeria.
"Yo conozco a los padres y madres de todos los jugadores", comentó el padre del centrocampista Bjarni Sveinbjornsson, de 55 años. "Es una especie de familia".