(Reuters) - Los activistas estadounidense por el control de las armas pidieron aumentar las verificaciones de antecedentes de sus compradores y prohibir la venta a quienes estén en listas federales, mientras el lunes marchaban en el tercer aniversario de la masacre de la escuela Sandy Hook de Connecticut.
En torno a 100 personas se reunieron frente a la sede de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), en Fairfax, Virginia, en la que han participado el parlamentario demócrata Gerry Conolly y supervivientes de tiroteos.
Tal día como hoy en 2012, el joven de 20 años Adam Lanza mató a 20 menores y seis profesores en la escuela Sandy Hook en Newtown, Connecticut, un ataque considerado uno de los más cruentos de la historia de los asesinatos en serie en la historia de Estados Unidos.
"Fue una escena que se ha repetido demasiado a menudo en Estados Unidos, y también a menudo la respuesta a estos asesinatos sin sentido ha sido la inacción en el tema del control de las armas", dijo Connolly.
El congresista expresó su apoyo a que el Congreso derogue la prohibición a la financiación federal para investigar la violencia de armas.
La segunda enmienda de la Constitución estadounidense protege el derecho a portar armas, y grupos a favor de las armas como la NRA dicen que la prohibición no mejorará la seguridad pública, ya que los criminales no obedecen las leyes.
Varias víctimas de tiroteos han acompañado al congresista Conolly, entre ellos los padres de una de las periodistas que murió en Roanoke, Virginia, cuando fueron atacados en una conexión en directo, o dos supervivientes del tiroteo en Tucson, Arizona, en 2011 contra la congresista Gabrielle Giffords en el que murieron seis personas.
La pasada semana, el gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, dijo que el estado estaba estudiando prohibir la venta a personas que aparezcan en listas de Estados Unidos como sospechosos de tener vínculos con el terrorismo o aquellos a los que les esté prohibido viajar en vuelos comerciales.
El movimiento llegó días después de que Obama hiciera un llamamiento en el Congreso para que se impongan medidas similares a nivel nacional, tras el último tiroteo masivo en California en el que 14 personas murieron en el ataque de una pareja inspirada por activistas de Estado Islámico.
La propuesta no ha ganado mucho apoyo en el Congreso, con los oponentes a la medida discutiendo que mucha gente en las listas de sospechosos lo están por error y no le debería ser sustraído su derecho de acceso a las armas.
Ningún portavoz de NRA ha comentado inmediatamente sobre la movilización del lunes.