MADRID (Reuters) - El nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se entrevistó el lunes por primera vez con el presidente del Gobierno, el popular Mariano Rajoy, con la negativa a la consulta soberanista catalana como única coincidencia entre los dos políticos en una reunión con "más diferencias que coincidencias".
"He planteado la necesidad de realizar una reforma constitucional (...) y hemos coincidido en que la consulta no puede ser celebrada porque entendemos que es ilegal", dijo Sánchez en una rueda de prensa posterior al encuentro de más de dos horas en el Palacio de la Moncloa.
"El reto es afrontar la reforma de la Constitución, dar un paso decidido en favor de la España federal", añadió.
Dos días antes del encuentro entre Rajoy y el presidente de la Generalitat de Cataluña, principal impulsor de la consulta soberanista prevista para el 9 de noviembre, Artur Mas, el nuevo responsable de los socialistas dijo que espera reunirse con él también en próximos días.
Sánchez, de 42 años y logró el domingo el apoyo del 86,19 por ciento de los delegados y militantes del PSOE para su ejecutiva, avanzó a Rajoy que ejercerá una "oposición firme"
"Creo que ha sido un dialogo leal, abierto, sincero y firme. Hemos hablado mucho de la situación social y económica del país (...) y le he propuesto la iniciativa de invertir en solidaridad", dijo Sánchez refiriéndose a una política "que garantice que todos los parados con hijos a cargo tengan un ingreso al mes. Hay recursos económicos suficientes en los Presupuestos Generales del Estado".
Durante una comparecencia previa por la mañana, Pedro Sánchez expuso como prioridades absolutas la situación que sufren muchos españoles desempleados y la pobreza infantil y definió como inaceptable que sólo un 57% de los parados tengan cobertura por desempleo.
Durante el encuentro, ambos líderes abordaron también la regeneración democrática y Sánchez rechazó la propuesta del PP de elección directa de alcaldes al entender que no garantiza la democracia.
El bipartidismo PP-PSOE perdió terreno en las europeas de mayo ante grupos minoritarios de izquierdas como Podemos, que se llevaron millones de votos de ciudadanos descontentos con los recortes sociales impulsados por el Gobierno desde que en 2008 España cayera en una dura recesión de la que ahora empieza a recuperarse tímidamente.
Sánchez y su nueva ejecutiva tienen por delante poco más de un año para recuperar votos en un momento en el que parte de la ciudadanía parece no identificar al partido con políticas de izquierdas.
El nuevo secretario general socialista, que fue elegido con el respaldo mayoritario de la federación socialista de Andalucía - una de las más fuertes -, era casi un desconocido para la opinión pública hasta que anunció su candidatura hace menos de dos meses, aunque lleva vinculado a la política desde mediados de los años 90.