Por Charlotte Greenfield y Tom Westbrook
WELLINGTON/SÍDNEY (Reuters) - Miles de estudiantes abandonaron sus clases en Australia y Nueva Zelanda el viernes en una huelga estudiantil mundial para protestar contra la pasividad gubernamental ante el cambio climático.
"El cambio climático es peor que Voldemort", rezaba un cartel hecho a mano que llevaba un estudiante en Wellington, en referencia al malvado mago de los populares libros y películas de Harry Potter.
"Los océanos suben de nivel, nosotros también", decía otro en Sídney.
Las protestas estudiantiles en capitales y ciudades como Wellington, Melbourne y Sídney llevaron a las calles a decenas de miles de personas, y durante la jornada hay previstas más manifestaciones en Asia, Europa y Estados Unidos.
El movimiento mundial de huelgas estudiantiles comenzó en agosto de 2018, cuando la activista sueca Greta Thunberg, de 16 años, comenzó a protestar por el cambio climático frente a su parlamento en días escolares. A raíz de sus acciones, ha sido nominada para el Premio Nobel de la Paz.
"Si no hacemos algo, serán nuestras vidas las afectadas, no las de los políticos de 60 años", dijo Callum Frith, de 15 años, estudiante de Sídney, que vestía uniforme escolar. "Necesitamos acción".
En otras partes de Asia, unos 60 estudiantes protestaban ante un edificio gubernamental de la capital tailandesa, Bangkok, con carteles de cartulina para hacer campaña contra el plástico. Tailandia es uno de los principales contaminantes del plástico marino del mundo.
"Como jóvenes que heredaremos la tierra, nos reunimos aquí para exigir que el gobierno trabaje con nosotros para resolver estos problemas", dijo Thiti Usanakul, de 17 años, del grupo Grin Green International, dirigido por estudiantes.
Posteriormente, el grupo fue invitado a reunirse con responsables del Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente en dos semanas.
En la capital de Corea del Sur, Seúl, más de 100 estudiantes llevaban carteles reciclados con consignas como "Too Warm 4 School" ("Demasiado calor para ir al cole") y "No neguéis el cambio climático".
"Creo que la educación ambiental debería ser obligatoria desde la escuela primaria", dijo Bang Tae-ryung, estudiante de secundaria de 15 años. "Aunque aprendemos, deberíamos saber más sobre por qué está sucediendo y cómo podemos resolver el problema".
En la rica ciudad-estado de Singapur, donde las leyes estrictas regulan las reuniones públicas, los jóvenes planearon una campaña virtual en las redes sociales.
"Lo que hace falta es que el Gobierno cambie algunas cosas, así que , si vamos a una huelga en un día escolar, se darán cuenta y puede que hagan algo", dijo Inese, una estudiante de Nueva Zelanda de 14 años de edad, que prefirió no dar su apellido.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien ha prometido 100 millones de dólares neozelandeses para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, apoya las huelgas y dice que los adolescentes no deben esperar a la edad de votar para hacerse oír.
Esta actitud contrasta con los políticos en Australia y Reino Unido, que los han criticado por parar las clases.
"Para actuar sobre temas que creen que son importantes, deberían hacerlo después de clase o los fines de semana", dijo a los periodistas Dan Tehan, ministro de educación de Australia, antes de las protestas en Melbourne.
El padre de Wellington, Alex, quien se manifestó junto a su hijo de 11 años, no estaba de acuerdo. "Es un día de educación mucho mejor", dijo. "Este es el mayor problema de nuestro tiempo".
Los científicos dicen que el uso de combustibles fósiles libera gases de efecto invernadero que atrapan el calor y elevan las temperaturas globales, provocando más inundaciones, sequías, olas de calor y el aumento del nivel del mar.
La promesa de la conferencia sobre el clima de París 2015 de limitar el aumento a 2 grados centígrados requiere una reducción radical en el uso de carbón y los combustibles fósiles.
(Información de Charlotte Greenfield en Wellington, Tom Westbrook en Sídney y Sonali Paul en Melbourne; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)