Por Muhammad Yamany
LA MECA, Arabia Saudita (Reuters) - Hisham Mostafa olvidó brevemente la guerra en Siria y sus problemas financieros mientras observaba por primera vez los lugares más sagrados del Islam, parado junto a cientos de miles de musulmanes vestidos de blanco que se reunieron en La Meca antes de la peregrinación del hajj.
"Esta es la primera vez que veo la Gran Mezquita y la Kaaba. Es la mejor sensación de mi vida poder realizar el hajj", dijo Mostafa, de 50 años, mientras observaba la estructura con forma de cubo hacia la que los musulmanes se orientan para orar cinco veces al día.
El contador viajó a Arabia Saudita desde Turquía, donde ha vivido durante cinco años desde que huyó de Alepo en Siria. "La guerra lo destruye todo (...), la vida en Turquía es dura y apenas puedo ganar lo suficiente".
Sin embargo, pudo sumarse a unos 2 millones de musulmanes, incluidos 1,68 millones de personas que viajaron desde el extranjero, que inundaron las estrechas calles de La Meca para el rito anual que comienza el domingo.
Arabia Saudita apuesta su reputación en la protección de los lugares más sagrados del Islam y en la organización de un hajj pacífico, que en el pasado se ha visto manchado por estampidas letales, incendios y disturbios.
El Ministerio del Interior ha puesto en vigor medidas para enfrentar cualquier riesgo a la seguridad, desde ataques de milicianos a protestas políticas, pero no se han detectado amenazas específicas, dijo un portavoz.
Todo musulmán capaz y que tenga los medios debería hacer el hajj al menos una vez en su vida, siguiendo la ruta que el profeta Mahoma realizó hace 14 siglos.
Arabia Saudita hace uso de la tecnología para gestionar el flujo de millones de personas simultáneamente en el mismo lugar. Esto incluye brazaletes de identificación electrónica, conectados por GPS, que el reino comenzó a utilizar después de que cientos de personas murieron en una estampida en 2015.
(Editado en Español por Ricardo Figueroa)