Por Soo-hyang Choi y Kantaro Komiya
SEÚL/TOKIO, 18 dic (Reuters) - Corea del Norte disparó el lunes un misil balístico intercontinental que puede alcanzar cualquier punto de Estados Unidos, según Corea del Sur y Japón, en su segundo lanzamiento en apenas unas horas, mientras Pionyang condenaba la demostración de fuerza desplegada por Estados Unidos como una maniobra de "guerra".
El misil tiene un potencial de desplazamiento de más de 15.000 kilómetros, lo que significa que puede alcanzar cualquier punto de Japón y del territorio continental de Estados Unidos, declaró el viceministro parlamentario de Defensa japonés, Shingo Miyake.
El Consejo de Seguridad Nacional de Corea del Sur afirmó que se trataba de un misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido, y calificó el lanzamiento de acto desestabilizador que desoyó las advertencias internacionales y múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
El presidente Yoon Suk Yeol había ordenado la mejora del funcionamiento efectivo de la "disuasión nuclear" por parte de Corea del Sur y Estados Unidos, añadió.
Coincidiendo con el quinto lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales del año, China y Corea del Norte celebraron el lunes una reunión de alto nivel en Pekín. Pekín, el aliado más cercano de Pionyang, reafirmó el compromiso de profundizar en la cooperación y dijo que las discusiones trataron temas de "interés común", sin dar más detalles.
Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, China apoyó todas las resoluciones que imponían sanciones al Norte hasta 2017 por su desarrollo armamentístico, pero desde entonces se ha negado a respaldar más sanciones alegando que estas sólo aumentarían las tensiones.
El misil del lunes fue disparado desde una zona cercana a la capital, Pionyang, hacia el mar, frente a la costa oriental del Norte, y voló unos 1.000 kilómetros, según informó el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
El Ministerio de Defensa japonés informó de que el vuelo duró 73 minutos, poco menos que los 74 minutos de vuelo de un ICBM que Corea del Norte disparó en julio. Alcanzó una altitud máxima de más de 6.000 kilómetros y cayó en el mar al oeste de Hokkaido, fuera de la zona económica exclusiva de Japón, según Tokio.
La zona cercana al aeropuerto internacional que sirve a Pionyang es donde Corea del Norte lanzó anteriormente misiles balísticos intercontinentales y se sospecha que es la ubicación de una instalación de ensamblaje de misiles.
Los últimos ICBM Hwasong-18 de combustible sólido del Norte se han lanzado desde cerca de Pionyang, en un campo de hierba que, según los analistas, probablemente esté reforzado con hormigón para el pesado vehículo de lanzamiento.
El lanzamiento del misil del lunes se produjo después de que Corea del Norte disparara un misil balístico de corto alcance el domingo por la noche, que voló unos 570 kilómetros y cayó al océano.
Corea del Norte siguió a ese lanzamiento con un encendido comunicado en el que condenaba a Estados Unidos por orquestar el "anticipo de una guerra nuclear", incluida la llegada de un submarino de propulsión nuclear a Corea del Sur el domingo.
El viernes, tras una reunión de alto nivel entre altos cargos estadounidenses y surcoreanos sobre el uso de armas militares estratégicas de Estados Unidos para disuadir la amenaza militar de Corea del Norte, Washington advirtió de que cualquier ataque nuclear supondría el fin del régimen.
Corea del Norte afirma que tiene derecho soberano a poner en marcha un programa de misiles balísticos para su autodefensa y rechaza la prohibición del Consejo de Seguridad, que considera producto de la política hostil de Estados Unidos.
Tras el lanzamiento del domingo, el Ministerio de Defensa norcoreano criticó a los "gángsteres militares" de Estados Unidos y Corea del Sur por elevar las tensiones con simulacros, exhibiciones de fuerza y planes de guerra nuclear.
La declaración de un portavoz no identificado del ministerio citaba la llegada el domingo del submarino de propulsión nuclear estadounidense Missouri a la ciudad surcoreana de Busan.
Hasta ahora, las visitas de submarinos nucleares estadounidenses eran poco frecuentes, pero han aumentado gracias a los acuerdos entre Seúl y Washington que han impulsado la llegada de activos militares estadounidenses.
(Reporte de Soo-hyang Choi, Hyonhee Shin y Josh Smith en Seúl, Kantaro Komiya, Kaori Kaneko y Mariko Katsumura en Tokio y Ryan Woo en Pekín; redacción de Jack Kim; edición de Ed Davies y Michael Perry; editado en español por Tomás Cobos)