Por Matthias Williams y Joanna Plucinska
KIEV, 8 nov (Reuters) - Las autoridades polacas acusaron a Bielorrusia de intentar provocar un gran enfrentamiento el lunes y dijeron que habían movilizado a más soldados después de que imágenes difundidas en redes sociales mostraran a cientos de migrantes caminando hacia la frontera polaca.
Un vídeo compartido por el servicio de blogs bielorruso NEXTA mostró a varias personas con mochilas y ropa de invierno caminando por el arcén de una carretera.
Otros vídeos mostraron a grandes grupos de personas sentados junto a la carretera y escoltados por hombres armados vestidos de caqui.
"Bielorrusia quiere provocar un gran incidente, preferiblemente con disparos y víctimas: según los informes de los medios de comunicación, están preparando una gran provocación cerca de Kuznica Bialostocka, donde habrá un intento de cruce masivo de la frontera", dijo a la radio pública polaca el viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Piotr Wawrzyk.
La Unión Europea ha acusado a Bielorrusia de animar a personas de Oriente Próximo y África a cruzar a los países de la UE a través de Bielorrusia, como una forma de guerra híbrida en venganza por las sanciones impuestas a Minsk por abusos de los derechos humanos.
Lituania, país vecino de la UE, anunció el envío de tropas adicionales a la frontera para prepararse para un posible aumento de los cruces fronterizos. Su Gobierno podría seguir los pasos de Polonia y declarar el estado de emergencia.
Polonia ha destinado más de 12.000 soldados a la frontera con Bielorrusa, dijo su ministro de Defensa, mientras compartía imágenes aéreas de grupos de migrantes en el lado bielorruso. Letonia, que comparte frontera con Bielorrusia, calificó la situación de "alarmante".
La líder bielorrusa en el exilio, Sviatlana Tsikhanouskaya, pidió una respuesta contundente de la UE y las Naciones Unidas.
"El régimen de Bielorrusia agrava la crisis fronteriza: los migrantes son empujados a la frontera de la UE por hombres armados", publicó en la red social Twitter (NYSE:TWTR). "El contrabando de migrantes, la violencia y los malos tratos deben terminar".
CRISIS MIGRATORIA
El Gobierno del presidente bielorruso Alexander Lukashenko ha negado en repetidas ocasiones haber provocado una crisis de migrantes, y ha culpado a Occidente de los cruces fronterizos y del trato que reciben quienes los intentan.
El comité de fronteras estatal de Bielorrusia confirmó que muchos refugiados se dirigen hacia la frontera polaca, afirmando que Varsovia está adoptando una "actitud inhumana".
La UE, Estados Unidos y Reino Unido impusieron sanciones a Bielorrusia después de que Lukashenko ejerciera el año pasado una violenta represión de las protestas masivas convocadas tras unas controvertidas elecciones.
Lukashenko ha desafiado los llamamientos de la oposición para que dimita, respaldado por el dinero y el apoyo diplomático de su tradicional aliado, Rusia. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, defendió el lunes la gestión de Minsk de la crisis migratoria, afirmando que Bielorrusia está tomando todas las medidas necesarias para actuar legalmente.
Diversas organizaciones de derechos humanos afirman que los migrantes se enfrentan a condiciones extenuantes al intentar cruzar la frontera desde Bielorrusia en un clima gélido, con falta de alimentos y atención médica.
Las autoridades polacas declararon que se han encontrado siete personas muertas en el lado polaco de la frontera, habiéndose informado de más muertes en Bielorrusia.
Los grupos humanitarios acusan al gobernante nacionalista de Polonia de violar el derecho internacional de asilo, al empujar a los migrantes de vuelta a Bielorrusia en lugar de aceptar sus solicitudes de protección. Polonia dice que sus acciones son legales.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo en una publicación en redes sociales que "la frontera polaca no es sólo una línea en un mapa. La frontera es sagrada: se ha derramado sangre polaca por ella".
(Información de Matthias Williams en Kiev, Joanna Plucinska y Pawel Florkiewicz en Varsovia; Andrius Sytas en Vilna; información adicional de Pavel Polityuk en Kiev y Dmitry Antonov en Moscú; redacción de Matthias Williams, edición de Ed Osmond; traducción de Darío Fernández)