Por Valentine Hilaire y Elida Moreno
2 feb (Reuters) - El empresario y político Ricardo Martinelli, quien gobernó Panamá entre 2009 y 2014, busca convencer a los votantes de que le den una segunda oportunidad en las elecciones presidenciales del 5 de mayo, pero una sentencia de prisión de una década por lavado de dinero podría poner en peligro su renovada aspiración.
Su candidatura podría implosionar si el máximo tribunal rechaza un recurso de casación y confirma una sentencia de 128 meses de prisión por lavado de dinero dictada el año pasado por su papel en un caso conocido como "New Business", que alega que se utilizaron fondos públicos para comprar un conglomerado de medios y darle una participación mayoritaria.
Sus abogados anunciaron que apelarían la sentencia en una rueda de prensa celebrada horas después de que se publicara el fallo en julio del año pasado, negando que el expresidente hubiera utilizado fondos públicos para la transacción.
La Constitución de Panamá excluye de la posibilidad de llegar a la presidencia a cualquier persona condenada a una pena de prisión de cinco años o más.
Uno de los abogados de Martinelli, Carlos Carrillo, dijo a Reuters que la defensa espera que el tribunal acepte la apelación, añadiendo que incluso un rechazo no descartaría su candidatura de inmediato.
El exmandatario de 71 años dijo en la plataforma X esta semana que estaría "feliz y contento" de pasar sus votos a su compañero de fórmula José Raúl Mulino si es excluido, afirmando que su partido también ganaría en ese escenario.
Martinelli, un magnate de los supermercados, llegó al poder en 2009 después de una campaña en la que se llamó a sí mismo "El loco" y prometió hacer todos los cambios necesarios para mejorar la fortuna de Panamá.
Se postula ahora porque la ley panameña obliga a los expresidentes a esperar una década hasta buscar un segundo mandato.
El político dejó el cargo con un índice de aprobación de más del 60%, pero poco después se presentaron muchos casos judiciales en su contra. Martinelli afirmó en publicaciones en las redes sociales que era objeto de persecución política.
En 2017 fue arrestado en Miami, donde se había mudado desde el 2015, en medio de una investigación de las autoridades panameñas sobre presunto espionaje político. Luego fue extraditado a Panamá y pasó aproximadamente un año en prisión, pero finalmente fue absuelto.
El año pasado, Estados Unidos le prohibió a él y a su familia inmediata ingresar al país, acusándolo de aceptar sobornos a cambio de adjudicar indebidamente contratos gubernamentales durante su mandato como presidente.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció la prohibición el mismo día que dos de los hijos de Martinelli cumplieron una sentencia de prisión en ese país por actuar como intermediarios en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht a un funcionario panameño mientras su padre era presidente.
La embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, dijo a mediados de enero en una entrevista televisiva que el gobierno estadounidense trabajará con el presidente elegido por los panameños. Se necesita tiempo para que las autoridades judiciales locales resuelvan el caso en curso de Martinelli, dijo.
(Reporte de Valentín Hilaire en Ciudad de México y Elida Moreno en Ciudad de Panama; Editador por Ana Isabel Martínez)