Por Steve Scherer y Massimiliano Di Giorgio
ROMA (Reuters) - Italia y Francia trataban de arreglar el jueves una disputa sobre inmigración mientras el papa Francisco instaba a los políticos a que trabajen juntos para ayudar a los refugiados y respetar su dignidad.
Italia convocó al embajador francés el miércoles y exigió una disculpa del presidente Emmanuel Macron, que había dicho que el bloqueo por parte de Roma para que un barco de rescate atracara en sus puertos era un acto de "cinismo e irresponsabilidad".
Macron, en una conversación telefónica con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, a última hora del miércoles, dijo que no pretendía ofender a "Italia y al pueblo italiano", según un comunicado.
Los dos líderes confirmaron un almuerzo el viernes para hablar de "nuevas iniciativas" sobre inmigración, un día después de que el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, anunciara un "eje" con Alemania y Austria para combatir la inmigración ilegal.
"Francia no quiere escalada; es contraproducente. Necesitamos mantener el diálogo", dijo una fuente cercana a Macron mientras el presidente visitaba la ciudad occidental de Rochefort. Sin embargo, la fuente agregó que Macron no se estaba "arrepintiendo de nada".
Salvini ha prometido seguir bloqueando embarcaciones humanitarias extranjeras en los puertos italianos mientras Europa se enfrenta a cómo compartir la responsabilidad de gestionar a los inmigrantes que intentan entrar en la UE desde zonas de guerra y países pobres, principalmente desde África y Oriente Próximo.
Más de 1,8 millones de inmigrantes han llegado a Europa desde 2014 e Italia alberga ahora a más de 170.000 solicitantes de asilo, así como a aproximadamente 500.000 no registrados. Una cumbre de la Unión Europea abordará las leyes de asilo del bloque a finales de mes.
El papa Francisco, que ha hecho de la defensa de los refugiados uno de los pilares de su papado, reprendió a los políticos por no respetar la dignidad de los inmigrantes y exigió "un cambio de mentalidad".
En una conferencia sobre inmigración en el Vaticano, el Papa dijo que los países deben trabajar juntos y "pasar de considerar a los demás como amenazas a nuestra comodidad a valorarlos como personas cuya experiencia vital y valores pueden contribuir enormemente al enriquecimiento de nuestra sociedad".
AQUARIUS
La disputa se centraba en el barco humanitario Aquarius, que tanto Italia como Malta se negaron a dejar atracar en sus puertos. La embarcación traslada a 629 inmigrantes y se dirige a España, que ha ofrecido puerto seguro, escoltado por dos barcos italianos.
Ahora los inmigrantes sufren mareos debido a las condiciones adversas, según Médicos Sin Fronteras, una de las ONG que gestiona el Aquarius.
Se han colocado cuerdas alrededor del barco para que sea más fácil caminar sobre la cubierta, según mostró un vídeo del Aquarius. Entre los inmigrantes hay mujeres y niños pequeños que no se espera que desembarquen antes del sábado por la noche. Fueron rescatados frente a la costa de Libia la semana pasada.
A pesar de las críticas del Papa y de la agencia de la ONU para los refugiados, que calificó de "vergonzoso" el tratamiento de los inmigrantes en el Aquarius, Salvini no ha cambiado su postura.
"Los barcos pertenecientes a organizaciones extranjeras y con banderas extranjeras no pueden dictar la política de inmigración de Italia", dijo el miércoles Salvini, líder de La Liga, un partido antiinmigración.
Un barco de la armada estadounidense que recuperó a 41 supervivientes y 12 cadáveres después de un naufragio el martes aún esperaba que Italia decidiera qué hacer con ellos.
Otra embarcación humanitaria de bandera holandesa, el Sea Watch 3, se había ofrecido a llevarlos a bordo, pero no sin una garantía escrita de que se le permitiera atracar en un puerto italiano, que no ha recibido.
El barco estadounidense, el Trenton, se vio obligado a arrojar los 12 cuerpos en el mar porque no tenía un lugar donde almacenarlos, informó la página web de La Repubblica. Una portavoz de la Armada estadounidense no respondió de inmediato a una petición de confirmación.
"La espera fue demasiado larga", dijo Flavio Di Giacomo, portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones, en Twitter. "Sin un almacenamiento refrigerado, los rescatadores se vieron obligados a abandonar los cadáveres en el mar. Un gesto dramático".