LONDRES, 8 jul (Reuters) - El embajador de Rusia en Reino Unido se mostró sorprendido de que Londres no haya hecho más esfuerzos para conseguir la liberación de dos ciudadanos británicos condenados a muerte por luchar en el este de Ucrania.
Aiden Aslin y Shaun Pinner fueron capturados por las fuerzas respaldadas por Rusia mientras luchaban con el ejército ucraniano en la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), un territorio reconocido únicamente por Rusia y Siria.
Tras una apresurada vista judicial —tachada de juicio espectáculo propio de la época de Stalin—, un tribunal separatista condenó a muerte a los dos combatientes, diciendo que eran mercenarios y que intentaban tomar el poder de forma violenta.
"Tuvimos una petición formal aquí en Londres y en Moscú sobre estos dos tipos —que existen— y una frase que decía algo así como 'achacamos toda la responsabilidad sobre ellos a Rusia'", dijo el embajador ruso Andrei Kelin en una entrevista con Reuters.
"No hubo ninguna demanda de mediación, ninguna demanda de su liberación ni nada parecido. hablamos de su destino y de lo que se puede hacer en esta situación. Nada", añadió.
En respuesta a la sugerencia de que Moscú podría presionar fácilmente a los funcionarios de la RPD para que liberen a los dos hombres, Kelin dijo: "¿Y qué? ¿Nos ha pedido alguien de Londres que lo hagamos? No".
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico dijo que estaba haciendo "todo lo posible para apoyar a los hombres".
"Condenamos la explotación de los prisioneros de guerra con fines políticos y lo hemos planteado a Rusia", dijo un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado enviado por correo electrónico. "Estamos en contacto constante con el Gobierno de Ucrania sobre sus casos y apoyamos plenamente a Ucrania en sus esfuerzos por conseguir su liberación".
El embajador ruso también prometió que Moscú derrotaría a las fuerzas ucranianas en toda la región oriental del Dombás y que es poco probable que se retire de una vasta franja de terreno en la costa sur de Ucrania.
(Reporte de Jake Cordell, edición de Guy Faulconbridge, traducido por Tomás Cobos)