MOSCÚ,4 sep (Reuters) - El Kremlin dijo el viernes que quería dialogar con Alemania sobre el caso del político opositor Alexei Navalny, particularmente sobre que los médicos rusos que lo trataron inicialmente eran mucho más transparentes que los médicos alemanes que lo tratan ahora.
Alemania, donde Navalny está hospitalizado, ha dicho que fue envenenado con Novichok, un agente nervioso de estilo soviético, y quiere que los autores rindan cuentas. Rusia hasta ahora no ha abierto una investigación penal y ha dicho que no hay evidencia de delito.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Moscú quería saber, a través del diálogo con Alemania, qué sustancia exacta causó que Navalny cayera enfermo en Siberia el mes pasado.
"Según la versión de nuestros médicos no fue un envenenamiento", dijo Peskov. "Los especialistas alemanes lograron determinar algún tipo de sustancia venenosa. Esperamos poder dialogar con nuestros colegas alemanes".
"Las acciones de investigación están siendo llevadas a cabo por nuestros especialistas, y si hay confirmación de la presencia de sustancias venenosas en el material biológico del paciente (Navalny), entonces por supuesto que habrá consecuencias legales. Pedimos a todos que se basen en los hechos", añadió.
Navalny es el más popular y destacado oponente del presidente Vladimir Putin, y el anuncio alemán de esta semana de que fue envenenado por un agente nervioso ha planteado la posibilidad de nuevas sanciones occidentales contra Moscú.
Por otra parte, un tribunal ruso dijo el viernes que había rechazado una denuncia presentada por los aliados de Navalny en la que acusaban a un alto organismo de aplicación de la ley de inacción sobre lo que dijeron que era su intento de asesinato.
Uno de los aliados de Navalny había acusado a la Comisión de Investigación, que se ocupa de las investigaciones de delitos graves, de no actuar tras una declaración que le presentaron el 20 de agosto exigiendo que se abriera una investigación criminal sobre el intento de asesinato de Navalny.
(Información de Tom Balmforth Y Elena Fabrichnaya; editado por Mark Trevelyan; traducido por Aida Peláez en la redacción de Gdansk)