Por Arafat Barbakh
GAZA, 29 dic (Reuters) - Equipos de rescate, vestidos con chalecos naranjas, gritaron al llegar hasta una niña que seguía viva entre los escombros tras un ataque aéreo israelí sobre la ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza, tras otra noche de bombardeos sobre el enclave palestino.
La piel de la pequeña Mariam Abu Akel estaba gris por el polvo y apenas hacía ruido cuando los socorristas se adentraron en los escombros para liberar sus piernas y sacarla.
La gente se agolpaba entre las ruinas de la casa de la familia Abu Edwan, donde la familia de Mariam se había refugiado tras huir de su propia casa en una zona más peligrosa cerca de la frontera de Gaza con Israel.
El ataque aéreo causó 20 muertos y 55 heridos, según el portavoz del Ministerio de Sanidad, Ashraf al-Qidra.
La casa de Abu Edwan había estado albergando a muchos desplazados como la familia Abu Akel.
La mayor parte de la población de Gaza ha tenido que huir de sus hogares por los fulminantes bombardeos y la ofensiva terrestre que, según Israel, pretenden destruir a Hamás, que mató a más de 1.200 personas, en su mayoría civiles, durante su ataque del 7 de octubre.
El ataque de represalia israelí ha matado a más de 21.500 palestinos, según las autoridades sanitarias del enclave, muchos de ellos menores de 18 años.
La madre y la hermana de Mariam murieron en el ataque, junto con miembros de la familia Abu Edwan y personas de otras familias que vivían temporalmente con ellos. Su padre y su hermano Hamed, todavía un niño, sobrevivieron a la explosión.
Cuando Mariam fue liberada, un rescatista corrió con ella en brazos para llevarla al hospital, donde los médicos limpiaron sus heridas.
(Reporte de Arafat Barbakh, información adicional de Saleh Salem, redacción de Angus McDowall, edición de Angus MacSwan)