Por Belén Carreño
MADRID (Reuters) - El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el president de la Generalitat catalana, Quim Torra se reunieron el lunes en el Palacio de la Moncloa para iniciar el deshielo entre ambas administraciones y relanzar una relación fluida.
En el marco de estas nuevas relaciones, Sánchez y Torra han acordado recuperar la comisión bipartita que recoge el Estatut Catalán y que, según ha explicado en rueda de prensa la vicepresidenta, Carmen Calvo, no se reúne desde 2011.
La cuenta del presidente, Pedro Sánchez ha tuiteado al final de la reunión, que ha durado dos horas y media: "Una crisis política requiere de una solución política. Es un punto de arranque para la normalización de las relaciones". La cuenta reprodujo este mismo tuit en catalán.
Quim Torra dio posteriormente una rueda de prensa con el balance de la reunión en la que resaltó que Sánchez y él están "de acuerdo en que la situación catalana se trata de un problema político que tiene que resolverse políticamente". Además, reconoció que se ha "hablado de todo".
Esta era una de las exigencias de los independentistas, con especial énfasis en tratar el derecho a la autodeterminación en Cataluña. Moncloa accedió a que hubiera libertad en los temas a exponer aunque dejando claro que este punto no iba a ser sujeto de la negociación.
Sin embargo, Torra dijo que ha trasladado a Sánchez que "cualquier solución pasa por el derecho a la autodeterminación de Cataluña" y también por votar. Durante la rueda de prensa ha insistido varias veces en que no renuncian a la vía de la autodeterminación pero que espera encontrar una respuesta política "y pacífica" para esta demanda.
En el aire queda la visita de Sánchez a Barcelona para responder a la invitación de Torra. Calvo ha dicho que esta visita se decidirá en la comisión bilateral.
Otro punto en el que también han "divergido", según Torra, sus posturas es con lo que califican como "presos políticos y exiliados".
La reunión marca el principal hito en la recuperación del diálogo entre Madrid y Cataluña roto el pasado 1 de octubre cuando la Generalitat organizó una consulta ilegal sobre una posible independencia de la próspera región española.
El referéndum fue el resultado de meses de alta tensión entre el anterior presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el expresidente regional, Carles Puigdemont, que apenas se encontraron en persona, salvo con motivo de los atentados de Barcelona el pasado verano. La relación entre ambos dirigentes fue básicamente por carta con un último encuentro en abril de 2016.
La reunión había tenido una preparación en las semanas anteriores con varios gestos por parte de ambos bloques políticos, como el acercamiento de los independentistas presos a la región o el apoyo de los partidos catalanes a la renovación de la cúpula de RTVE.
La semana pasada la Generalitat aprobó una moción en el Parlament que recuperaba el espíritu de la declaración soberanista del 9N (la fecha del anterior intento de consulta en 2015). Moncloa respondió iniciando los trámites para una impugnación en el Tribunal Constitucional.
(Editado por Jose Elías Rodríguez)