Por Jesse Pang y Joe Brock
HONG KONG (Reuters) - La policía de Hong Kong utilizó gas lacrimógeno y cañones de agua el sábado cuando los manifestantes a favor de la democracia lanzaron cócteles Molotov, en un nuevo episodio de una serie de enfrentamientos que han sumido a la ciudad gobernada por China en la peor crisis política de las últimas décadas.
La policía disparó una ronda tras otra de gases lacrimógenos mientras los manifestantes se cubrían detrás de paraguas entre el cuartel general local del Ejército de Liberación Popular de China y la sede del gobierno. Los manifestantes también arrojaron ladrillos arrancados de los caminos contra la policía.
El cañón de agua disparó agua teñida de azul, usada tradicionalmente en otras partes del mundo para facilitar a la policía la identificación posterior de los manifestantes.
La policía antidisturbios se dirigió a pie hacia el vecino distrito de Admiralty , seguido de una veintena de coches de policía, donde algunos manifestantes habían lanzado bombas incendiarias desde pasos elevados, algunos de los cuales aterrizaron cerca de la policía. Otros apuntaron destellos de láser azul y verde a las líneas policiales.
No se registraron heridos por el momento.
Las protestas, que en un momento dado bloquearon tres calles clave, tienen lugar en el quinto aniversario de la decisión de China de restringir las reformas democráticas en la antigua colonia de Reino Unido, que devolvió el territorio a China en 1997.
El Ejército rotó el jueves a sus tropas en Hong Kong, una operación que, según dijo, era rutinaria. Su cuartel general de Hong Kong era la antigua base de la guarnición militar británica.
Miles de personas habían salido a las calles en una manifestación pacífica y serpenteante bajo la lluvia. Muchos de ellos se unieron a una "caminata cristiana" que partió del distrito de ocio de Wanchai y se congregaron junto al Consejo Legislativo, asaltado por los activistas en una protesta anterior.
Otros, muchos con máscaras negras y faciales, recorrieron el distrito comercial de Causeway Bay.
La multitud fue creciendo después del atardecer en Wanchai, donde los manifestantes levantaron barricadas y dieron golpes con palos de hierro. Los bomberos lucharon contra un gran incendio frente a una iglesia metodista en la calle principal de Hennessy Road.
Algunas de las manifestaciones de estos tres últimos meses se han vuelto violentas, dirigidas contra el aeropuerto, la legislatura y la Oficina de Enlace, el símbolo del dominio chino.
"Hong Kong tiene libertad religiosa", dijo a Reuters Sally Yeung, de 27 años y cristiana. "Estamos orando en diferentes puntos de control y pidiendo que la justicia llegue a Hong Kong."
"Si nos procesan simplemente porque estamos orando, infringen nuestra libertad religiosa."
Sujetando un paraguas frente a las oficinas del gobierno, Eric, un estudiante de 22 años, dijo: "Decirnos que no protestemos es como decirnos que no respiremos". "Siento que es mi deber luchar por la democracia. Tal vez ganemos, tal vez perdamos. Pero peleamos".
La policía erigió barreras de plástico llenas de agua alrededor de edificios clave del gobierno, y dos cañones de agua, utilizados brevemente por primera vez el fin de semana pasado, fueron estacionados cerca de la Oficina de Enlace, que quedó cubierta de graffiti tras una protesta anterior.
El servicio de metro MTR suspendió algunos servicios y cerró las salidas de las estaciones debido a posibles "actividades públicas".
"SÉ COMO EL AGUA"
La policía arrestó el viernes a varios activistas prominentes a favor de la democracia, tratando de frenar un movimiento que comenzó con la indignación por un proyecto de ley que permitía las extradiciones a la China continental y fue ampliándose hasta incluir llamamientos a la democracia en medio del temor a que China reduzca las libertades en Hong Kong.
No obstante, las últimas protestas no tienen líderes. El eslogan es "Sé como el agua", con el significado de ser flexible. Los manifestantes del sábado caminaban a la deriva, dondequiera que las calles los llevaran, comunicándose a través de diferentes señales con las manos y gritando "Ponte de pie con Hong Kong" y "Lucha por la libertad".
China niega la acusación de injerencia en Hong Kong, que, según dice, es un asunto interno. Ha denunciado las protestas y ha advertido de los daños a la economía.
(Información de Marius Zaharia y Twinnie Siu; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)