Por Amy Sawitta Lefevre y Pairat Temphairojana
BANGKOK/KHON KAEN, Tailandia (Reuters) - Electores en Tailandia votaron el domingo a favor de una reforma constitucional respaldada por la junta militar del país según los resultados preliminares del referéndum con el 80 por ciento del voto escrutado.
Los resultados facilitados por la junta electoral mostraban que un 62 por ciento del país votó a favor de la nueva Carta Magna frente a un rechazo del 37,9 por ciento en una votación cuyo resultado abre el camino para elecciones generales en 2017, pero que requeriría que los futuros gobiernos electos gobiernen bajo reglas militares.
La votación es el primer test de popularidad para la junta militar encabezada por el primer ministro Prayuth Chan-ocha, que ha suspendido la actividad política durante dos años desde que tomase el poder en un golpe de estado en el año 2014.
Antes del referéndum, las encuestas sugerían una ligera ventaja a favor del "sí" a la nueva constitución, aunque la mayoría de los votantes se mostraban indecisos.
La junta ha dicho que el texto constitucional está diseñado para poner fin a más de una década de divisiones políticas en Tailandia que han frenado el crecimiento y dejado muertos en disturbios civiles.
Los críticos, entre ellos los principales partidos políticos, dicen que el objetivo de la reforma es consagrar el poder político de los militares durante los próximos años.
Prayuth ya ha dicho que no renunciará si Tailandia rechaza la constitución y que el próximo año habrá elecciones independientemente del resultado del referéndum.
"Insto a todos a salir a votar... a decidir el futuro del país", dijo Prayuth a periodistas tras votar en una mesa electoral al noroeste de Bangkok a primera hora del domingo.
Alrededor de 200.000 policías fueron desplegados durante la votación sin que se registrasen incidentes relevantes mediada la jornada.
La junta militar, formalmente conocida como el Consejo Nacional para la Paz y el Orden, no permite el debate sobre la Constitución y ha prohibido campañas electorales para el referéndum. Las autoridades han detenido y acusado a docenas de personas que se han manifestado en contra del texto, entre ellas, políticos y estudiantes activistas.
Amnistía Internacional dijo el viernes que la junta ha creado un clima aterrador de cara a la votación, con violaciones de derechos humanos generalizadas.
La votación se produce bajo el telón de fondo de la preocupación por la salud del rey Bhumibol Adulyadej, de 88 años. Los militares han invocado durante décadas su deber como defensores de la monarquía para justificar sus intervenciones en la política.
UNA DÉCADA DE AGITACIÓN
Los críticos explican que la reforma constitucional es un intento de los militares de justificar su incapacidad para borrar al ex primer ministro Thaksin Shinawatra y a su forma de populismo en la política tailandesa tras el golpe de estado que lo derrocó en 2006.
Thaksin vive en un autoimpuesto exilio pero retiene una gran influencia, particularmente entre su base de seguidores rurales en el norte del país. Su hermana, Yingluck, llegó al poder en 2011 pero su gobierno fue derrocado en 2014 por el golpe de estado de Prayuth.
Yingluck, expulsada de la política durante cinco años en enero de 2015 después de que un legislador designado por los militares la encontrara culpable de mala administración de un programa de subsidios para el cultivo de arroz, también acudió el domingo a votar.
"Estoy contenta de que todavía pueda ejercer mis derechos", dijo a periodistas tras instar a sus compatriotas a acudir a votar.
Thaksin calificó la Carta Magna de "locura" al explicar que perpetuaría el poder de la junta militar y haría imposible gobernar en el país.
Diversas entrevistas con altos funcionarios mostraron que la ambición militar es hacer innecesarios nuevos golpes de estado debilitando el papel de los partidos políticos y garantizando al mismo tiempo el del ejército en la supervisión y desarrollo económico y político del país.
Según la nueva constitución, que sería la vigésima en el país desde que los militares aboliesen la monarquía totalitaria en 1932, un senado designado por la junta con asientos reservados para los mandos militares sería el que revisaría el poder y las facultades de los legisladores electos.