Por Andrew MacAskill
LONDRES, 27 mayo (Reuters) - La primera ministra británica, Theresa May, se enfrenta a una disputa con ministros y diputados de su Partido Conservador a causa de negarse a respaldar una reforma a las restrictivas leyes de aborto en Irlanda del Norte tras el referéndum en Irlanda para flexibilizar sus leyes.
Los votantes en Irlanda, antaño un país profundamente católico, respaldaron el cambio por 2 contra 1, un margen mucho más alto al arrojado en los sondeos de opinión.
La primera ministra está recibiendo solicitudes dentro de su propio gabinete para eliminar las estrictas leyes contra el aborto en Irlanda del Norte y hacer que la ley sea congruente con el resto de Reino Unido.
La ministra británica de la Mujer y la Igualdad, Penny Mordaunt, dijo que la victoria para legalizar el aborto debería llevar cambios al norte de la frontera irlandesa.
"(Es) un día histórico y un gran día para Irlanda y uno de esperanza para Irlanda del Norte", comentó Mordaunt. "Esa esperanza debe cumplirse", agregó.
Una portavoz de May dijo el domingo que un cambio de leyes sólo debería ser realizado por un Gobierno en Irlanda del Norte, que no ha tenido un Ejecutivo funcional desde enero del año pasado tras el colapso de un acuerdo de poder compartido.
May recurrió a Twitter el domingo para "felicitar al pueblo irlandés por su decisión", pero no hizo mención a qué significará ese resultado para Irlanda del Norte.
Irlanda del Norte tiene algunas de las leyes más restrictivas contra el aborto en Europa, y ni la violación ni las anomalías en el feto son considerados como motivos para practicarlo.
Más de 130 miembros del Parlamento británico, incluyendo a diputados del Partido Conservador, están preparados para respaldar una enmienda a un nuevo proyecto de ley sobre violencia de género para permitir los abortos en Irlanda del Norte, publicó el diario Sunday Times.
Esto supondría un nuevo problema para May, que ya hace frente a las dificultades para unificar a sus principales ministros sobre los planes para la salida de la Unión Europea, además de la posibilidad de una serie de rebeliones en el Parlamento por sus planes para el "Brexit".