BERLÍN/MADRID (Reuters) - El nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña se ha puesto como primer objetivo restituir el autogobierno de la región y ha hecho un primer gesto para iniciar un diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy en Madrid.
"He pedido al señor Rajoy la fecha y el lugar para la negociación, sin condiciones previas, hablemos de todo pero hablemos", dijo Quim Torra el martes en una comparecencia junto con su antecesor Carles Puigdemont ante los medios en Berlín.
Torra, que ha viajado a Berlín para reunirse con Puigdemont al día siguiente de su investidura en Barcelona, dijo que su oferta sigue las recomendaciones de la Unión Europea, que ha pedido buscar una solución política a la crisis en Cataluña.
"También el presidente (de la Comisión Europea) Juncker ha pedido la semana pasada que hablemos", dijo Torra.
El nuevo presidente catalán dijo que la crisis en Cataluña no se podría resolver con medidas policiales o jurídicas en referencial al juicio iniciado contra 25 políticos y líderes separatistas por supuestos delitos de rebelión, sedición y/o malversación de fondos en relación con el proceso independentista en la región el pasado otoño.
Tras casi siete meses de intervención de las instituciones catalanas y varias candidaturas fallidas por la actuación de la justicia española, la investidura de Torra ha puesto fin a la parálisis gubernamental catalana pero ha abierto un nuevo período de incertidumbre, al declarar el nuevo líder regional que seguirá trabajando en la implementación de una república en la región y en la restitución del presidente cesado Carles Puigdemont.
En una rueda de prensa posterior desde Sofía (Bulgaria), Rajoy se mostró abierto a reunirse con Torra pero insistió en que no alterará su rechazo a negociar la independencia de Cataluña.
"Voy a recibir al presidente de la Generalitat si él me lo pide, para hablar estoy disponible, (pero) mi posición es la ya conocida. (Torra) tiene que hablar dentro de la ley", dijo.
Horas antes, en Madrid, Rajoy, y el secretario general socialista, Pedro Sánchez, se reunieron para acordar los próximos pasos en la crisis catalana tras la designación del nuevo líder regional.
Según una nota de prensa de Moncloa, ambos coincidieron en rechazar cualquier intento de secesión de Cataluña y vigilar el cumplimiento de la legalidad, incluyendo el control de la gestión de los fondos públicos por parte del gobierno regional.
"Dada la situación creada con la investidura del nuevo 'president' de la Generalitat, su discurso político frentista y el carácter xenófobo de sus manifestaciones públicas, el Gobierno, el Partido Popular y el Partido Socialista se han comprometido a ofrecer una respuesta pactada y proporcional en la defensa de la legalidad constitucional y estatutaria frente a cualquier eventual desafío", indicó un comunicado del Gobierno.
DEVOLUCIÓN DE LAS FINANZAS
En su intervención, Torra no solo pidió el fin de la aplicación del artículo 155 de la Constitución española -a través del cual se instrumentó la intervención en Cataluña-, sino también la devolución a la Generalitat del control de sus propias finanzas, que perdió meses antes de la entrada en vigor del artículo.
"Tenemos que controlar nuestras finanzas", dijo Torra.
Puigdemont, por su parte, insistió en internacionalizar un conflicto en el que "toda la Unión Europea debe implicarse" y, ante las acusaciones de que Torra es un "títere" suyo, dijo que el nuevo "president" actuará de manera independiente.
"(Torra) adoptará las decisiones que requiera su acción de gobierno, todo el mundo espera que sea así (...) Las decisiones las tomará como presidente del gobierno que tiene una mayoría parlamentaria", dijo.