LONDRES, 22 sep (Reuters) - El primer ministro británico Boris Johnson pedirá el martes a la población que trabaje desde casa e impondrá nuevas restricciones en pubs, bares y restaurantes para tratar de hacer frente a la aceleración de la segunda ola de la pandemia de COVID-19, mientras la oposición le acusa de haber perdido el control.
En un discurso ante el parlamento a las 1130 GMT y luego a la nación a las 1900 GMT, Johnson no llegará al punto de decretar un confinamiento nacional completo como el que impuso en marzo.
En cualquier caso, millones de personas en todo el Reino Unido están ya bajo restricciones de algún tipo.
"Sabemos que esto no será fácil, pero debemos tomar más medidas para controlar el resurgimiento en los casos del virus y proteger al NHS (sistema nacional de salud)", dirá Johnson, según extractos de su discurso distribuidos por su oficina de Downing Street.
Apenas unas semanas después de haber instado a la gente a volver al trabajo, Johnson pedirá ahora que trabajen desde casa en la medida de lo posible. También ordenará a los pubs, bares, restaurantes y otros establecimientos hosteleros de toda Inglaterra que, a partir del jueves, cierren a las 10 p.m.
"Una de las cosas que vamos a hacer es animar a la gente que pueda permitírselo a trabajar desde casa", dijo el ministro de la Oficina del Gabinete, Michael Gove, a Sky News TV.
"Son medidas difíciles las que estamos tomando pero absolutamente necesarias porque, como se nos recordó ayer, la tasa de infección está aumentando, el número de personas hospitalizadas está aumentando, y por lo tanto tenemos que actuar", dijo Gove.
Las nuevas medidas restringirán el sector hostelero al servicio en mesas únicamente. Gove agregó que aquellas personas que no puedan trabajar desde casa —por ejemplo los empleados de la industria manufacturera, la construcción y el comercio minorista— lo hagan en lugares de trabajo seguros.
Las escuelas también permanecerán abiertas, añadió.
Está por ver si las medidas serán suficiente para hacer frente a la segunda ola de la pandemia en Reino Unido, que podría alcanzar los 50.000 nuevos casos diarios a mediados de octubre, según la opinión de algunos científicos.
El líder laborista de la oposición, Keir Starmer, arremetió contra el liderazgo de Johnson, especialmente por los problemas a la hora de realizar pruebas diagnósticas.
"En lugar de lograr un control, el Gobierno ha perdido el control ... Nuestro sistema de pruebas se colapso justo cuando más lo necesitábamos", dijo.
Reino Unido tiene el mayor número oficial de muertes por COVID-19 en Europa —y el quinto más alto del mundo— y está endeudándose hasta niveles récord con el fin de intentar de amortiguar el impacto en la economía.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, advirtió que el "muy desafortunado" aumento de casos de COVID-19 amenazaba el panorama económico.
(Información de Guy Faulconbridge, Elizabeth Piper, David Milliken, Andy Bruce, Estelle Shirbon, David Milliken, Sarah Young and Michael Holden; traducido por Jose Elías Rodríguez/Jorge Martínez)