Por Brenda Goh
WUHAN, China, 16 abr (Reuters) - Puede que se haya levantado el confinamiento en la ciudad china de Wuhan, pero Feng Jing sigue vigilando a los 5.400 residentes del barrio de Tanhualin para ver a dónde van y cómo se sienten, velando por que el coronavirus no regrese.
Feng es la jefa del comité vecinal del barrio, una de las miles de personas a las que se les encomendó a finales de enero la tarea de asegurar que los 11 millones de habitantes de la ciudad se quedaran en casa para frenar la propagación del virus.
Legado de la época de Mao Zedong, los comités vecinales están integrados principalmente por miembros del Partido Comunista y han sido fundamentales para apoyar los esfuerzos de control de la epidemia, ya que mantenían alimentados y abastecidos a los confinados residentes, realizaban operaciones regulares de desinfección y cuidaban a las personas vulnerables, incluidos los ancianos.
Si bien la ciudad ha reabierto centros comerciales y ha permitido que las empresas reanuden su actividad, se ha ordenado a los comités que vigilen cuidadosamente a la población para ayudar a impedir que se reanude totalmente la libre circulación.
Wuhan fue el epicentro de la epidemia en China y fue donde se produjo el primer brote. Atormentada por lo que la ciudad ha soportado durante los últimos meses, la gente tiene mucho miedo a una segunda oleada de contagios, aunque los nuevos casos se han reducido a apenas un goteo en las últimas semanas.
Sin embargo, la prolongada vigilancia y el control de la movilidad también han planteado interrogantes sobre cuánto tiempo podría durar el control de la vida de las personas y si la ciudad volverá realmente a la normalidad.
"Todavía no dejamos que los residentes salgan, sólo los que han reanudado el trabajo pueden salir si tienen un código sanitario verde", dijo Feng, que dirige un equipo de 14 trabajadores comunitarios, a los periodistas la semana pasada durante una visita organizada por el Gobierno.
En ese momento, Tanhualin había estado libre de infecciones durante 45 días. En total, el vecindario había registrado 26 casos de coronavirus durante la epidemia, el primero identificado en enero.
Cuando se le preguntó si su comité había relajado su gestión desde que terminó el confinamiento, Feng fue categórica en su respuesta.
"¡En absoluto!", dijo. "Nuestros residentes están extremadamente unidos, son muy trabajadores y luchan codo a codo con nosotros. Obedecen todos nuestros procedimientos".
La labor de los comités durante el brote se extendió a llevar registros detallados de la salud de los residentes, realizar controles diarios de la temperatura corporal y asegurarse de que se informara de cualquier malestar leve, como tos o dolor de cabeza.
También desempeñaron un papel fundamental en la vigilancia durante 24 horas de las personas que intentaban entrar o salir de sus recintos, y en la asignación de una persona para que acompañara a los familiares de las víctimas fallecidas del coronavirus en las visitas para depositar las cenizas en los cementerios.
Los periodistas de Reuters en Wuhan descubrieron que algunos vecindarios eran administrados más rigurosamente que otros.
Muchos residentes también dijeron que estaban contentos de cumplir con la prolongada supervisión, dado que había demostrado ser eficaz para controlar la propagación del virus. Aun así, algunos indicaron que se estaban cansando de la intrusión.
"Lo que realmente quiero decir es que el levantamiento del confinamiento no es cierto, se siguen imponiendo restricciones en los barrios, restringiendo a la gente salir", dijo un residente en Weibo el 13 de abril.
La creciente preocupación por los casos asintomáticos y la posibilidad de una segunda oleada de infecciones hacen que los comités vecinales puedan mantener su vigilancia durante más tiempo.
(Información de Brenda Goh; editado por Tony Munroe y Simon Cameron-Moore; traducido por Andrea Ariet en Gdansk)