Por Kiyoshi Takenaka y Sakura Murakami
KASHIMAJI, Japón, 3 ene (Reuters) -Los equipos de rescate buscaron el miércoles a contrarreloj a los supervivientes de un terremoto en el oeste de Japón que causó al menos 65 muertos, mientras los evacuados seguían esperando más ayuda en medio de temperaturas bajo cero y lluvias torrenciales.
El sismo, de magnitud preliminar de 7,6, sacudió la península de Noto el día de Año Nuevo, arrasando casas y dejando sin ayuda a zonas remotas.
Se pronostican lluvias torrenciales en las zonas afectadas por el sismo para el miércoles, lo que hace temer desprendimientos de tierra que podrían dificultar aún más los esfuerzos por liberar a muchas más personas que siguen atrapadas bajo los escombros.
Las carreteras cortadas, las infraestructuras dañadas y la remota ubicación de las zonas más afectadas han complicado las labores de rescate. Dos días después del sismo sigue sin conocerse con exactitud el alcance de los daños y las víctimas.
Las imágenes por satélite de Maxar Technologies muestran grandes daños en las zonas costeras, con edificios destruidos y embarcaciones volcadas.
La prefectura de Ishikawa ha confirmado 65 muertes, frente a las 55 registradas a última hora del martes, lo que convierte al terremoto en el más mortífero en Japón desde al menos 2016. Algunas ciudades han informado de muertes adicionales, lo que eleva el número total de víctimas mortales a 73, según la agencia de noticias Kyodo.
Pequeños sismos siguen sacudiendo la península.
Los bomberos de las prefecturas de Osaka y Nara continuaron a pesar de la lluvia y las réplicas en la ciudad de Wajima, duramente golpeada, buscando a una mujer atrapada en una estructura de madera aplastada por un edificio de siete plantas que se derrumbó en el terremoto y cayó de lado.
Los rescatistas estaban retirando escombros para intentar llegar hasta la mujer, que no presentaba signos vitales, según dijo un bombero.
Salieron corriendo de debajo del edificio derrumbado mientras sonaba de nuevo la alarma sísmica el miércoles por la noche. Se han detectado unos 500 temblores desde el primer sismo del lunes, según la Agencia Meteorológica de Japón.
"Tengo 65 años y he vivido grandes terremotos muchas veces. Pero este terremoto ha sido completamente diferente a los anteriores", dijo Yuko, que señaló que estaba visitando a su familia en Wajima durante las vacaciones. No quiso dar su apellido.
"Fue realmente aterrador y largo. La forma en que tembló también fue inusual", dijo.
El gobierno abrió una ruta marítima para hacer llegar la ayuda y algunos camiones más grandes ya podían llegar a algunas de las zonas más remotas, dijo el primer ministro Fumio Kishida en una rueda de prensa tras una reunión nacional de respuesta a desastres.
"Han pasado más de 40 horas desde el terremoto inicial. Se trata de una batalla contrarreloj, y creo que ahora es un momento crucial en esa batalla", declaró.
En Suzu, una localidad de unos 13.000 habitantes cercana al epicentro del sismo, el 90% de las casas podrían haber quedado destruidas, dijo el martes su alcalde, que calificó los daños de "catastróficos".
SIN COMIDA NI AGUA
Según la prefectura de Ishikawa, más de 33.000 personas han evacuado sus hogares y algunas zonas no tienen acceso a agua ni electricidad y la señal de los móviles es irregular.
Los alcaldes de las ciudades más afectadas exigieron al gobierno que despejara las carreteras y entregara ayuda rápidamente en una reunión regional de emergencia por catástrofe celebrada el miércoles por la mañana.
"Incluso aquellos que escaparon por poco de la muerte no pueden sobrevivir sin comida y agua", dijo Masuhiro Izumiya, alcalde de Suzu. "No hemos recibido ni una sola barra de pan".
Shigeru Sakaguchi, alcalde de la ciudad de Wajima, dijo que agradecía los esfuerzos del gobierno, pero que hasta el momento sólo había recibido 2.000 comidas para unos 10.000 evacuados.
"Proporcionamos ayuda en los terremotos del este de Japón y de Kumamoto, pero en comparación con otros desastres, la situación de las carreteras de acceso a Wajima es muy mala y creo que la asistencia tarda más de lo normal en llegar", dijo Shunsaku Kohriki, trabajador del Equipo de Asistencia Médica Tokushukai.
Muchas carreteras estaban cortadas y a varias zonas fuera del centro de la ciudad sólo se podía llegar en helicóptero, añadió.
(Reporte de Kiyoshi Takenaka, Chris Gallagher en Kashimaji y Sakura Murakami en Tokio; editado en español por Natalia Siniawski y Juana Casas)