GINEBRA (Reuters) - Más de 20 de los activistas chinos que participaron en el movimiento pro-democracia en la plaza de Tiananmen pidieron el lunes al organismo de Derechos Humanos de Naciones Unidas que investigue la represión ejercida por Beijing hace 30 años.
Wang Dan y otros 21 activistas, apoyados por el grupo Defensores de los Derechos Humanos de China, dijeron que habían registrado una queja al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un foro que iniciará una sesión de tres semanas el 24 de junio en Ginebra.
"Le pedimos al Consejo que investigue las fuertes violaciones de los derechos humanos y libertades fundamentales que el gobierno chino cometió durante su asalto militar a manifestantes políticos", dijo el grupo en un comunicado.
El grupo también busca que se tomen medidas contra "el patrón de violaciones de derechos humanos en cuanto a la persecución que han sufrido los ciudadanos que se manifestaron (el 3-4 de junio de 1989) en las últimas tres décadas".
El aniversario de la represión en dichas protestas sigue siendo un tabú en China. Beijing no ha dado permiso para que se produzca una investigación pública, tampoco para que haya una independiente, añadió el comunicado.
Beijing cuenta con el respaldo de los países en vías de desarrollo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un organismo formado por 47 países que nunca ha adoptado ni una sola resolución contra China desde que se formara en 2006.
Un portavoz del Consejo dijo que no estaba en condiciones de proporcionar ninguna información, señalando que las comunicaciones que se presentaban eran confidenciales.
"La masacre perpetrada hace 30 años aún no ha acabado. El gobierno chino incluso llegó a calificar a las víctimas de criminales y un gran número de exiliados aún tienen prohibido volver a su país", dijo Wang, que vive en Estados Unidos.
China nunca ha dado una cifra de las muertes que se produjeron por la violenta represión ejercida en 1989, pero grupos de derechos humanos y testigos afirman que la cifra podría llegar a miles.
(Información de Stephanie Nebehay; editado por John Stonestreet; traducido por Sabela Ojea Guix en la redacción de Madrid)