TOKIO (Reuters) - Cada presidente estadounidense tiene un homólogo favorito en el mundo. En el caso de Donald Trump, el suyo parece ser el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Los dos líderes exhibieron su afinidad ("bromance" según los medios estadounidenses) el lunes al finalizar dos jornadas con partidos de golf, hamburguesas y conversaciones serias sobre comercio y Corea del Norte.
Ambos se han reunido personalmente seis veces desde que Trump fue elegido presidente estadounidense hace un año y han mantenido 16 conversaciones telefónicas. Han jugado golf dos veces, una en el complejo vacacional Mar-a-Lago en Florida y el domingo nuevamente en Tokio.
Abe recordó cómo su abuelo, el entonces primer ministro Nobusuke Kishi, y el presidente Dwight D. Eisenhower comenzaron la tradición de la "diplomacia del golf" entre los líderes de Estados Unidos y Japón hace 60 años.
"Cuando juegas golf no solo una, sino dos veces, esa persona debe ser tu amigo preferido", dijo Abe antes de un banquete formal con Trump el lunes. Agregó que jamás ha habido un líder nipón y un mandatario estadounidense que hayan forjado una relación tan estrecha en apenas un año.
Abe fue el primer líder extranjero en reunirse con Trump después de que fuese elegido en noviembre del año pasado, una victoria que tomó a Tokio por sorpresa porque muchos esperaban que ganase la candidata demócrata Hillary Clinton y estaban preocupados por la retórica de "Estados Unidos primero".
Trump dijo a los invitados a la cena que por razones de protocolo no debería haberse reunido con ningún líder extranjero hasta después de su toma de posesión, pero cuando intentó llamar a Abe para explicarle la situación, el primer ministro japonés ya estaba en el avión rumbo a Nueva York.
"Tenemos que pasar más tiempo juntos porque disfruté cada minuto, aunque él (Abe) es un negociador muy tenaz", sostuvo Trump. "Nos encontraremos pronto", añadió.