Por Tuvan Gumrukcu y Lisa Barrington
ANKARA/BEIRUT (Reuters) - Los fuerzas apoyadas por Turquía continuarán presionando al poblado sirio de al-Bab, controlado por el Estado Islámico, dijo el sábado el presidente turco, Tayyip Erdogan, enfatizando la campaña de Ankara por expulsar a los milicianos y combatientes kurdos sirios del territorio cercano a su frontera.
El Ejército sirio, sin embargo, dijo que la presencia de soldados turcos en su territorio es inaceptable, añadiendo que es una "escalada peligrosa y una flagrante violación de la soberanía de Siria".
Un grupo de rebeldes que combate bajo el nombre del Ejército Libre de Siria, apoyados por tanques, fuerzas especiales y ataques aéreos turcos, cruzó hacia el norte de Siria en agosto y capturó el pueblo fronterizo de Yarábulus, que estaba en manos del Estado Islámico, sin enfrentar una gran oposición.
Desde entonces, los rebeldes han extendido sus avances y ahora controlan un área de aproximadamente 1.270 kilómetros cuadrados en el norte de Siria. Si bien la intención inicial de Turquía era expulsar al Estado Islámico desde Yarábulus, ha destinado gran parte de sus esfuerzos a frenar el avance de los combatientes kurdos de Siria apoyados por Estados Unidos.
"Ellos dicen, 'no vayan a al-Bab'. Estamos obligados a hacerlo, e iremos allí", dijo Erdogan en un discurso en la inauguración de un centro educativo en la provincia de Bursa, en el noroeste de Turquía. "Tenemos que preparar una región depurada del terrorismo", agregó.
Erdogan también dijo que Turquía y sus socios de coalición en la ciudad siria de Al Raqa harán lo que sea necesario, pero no trabajarán con los combatientes kurdos sirios.
Las diferencias sobre Siria han causado tensiones entre Estados Unidos y Turquía, aliados en la OTAN. Washington apoya a la milicia kurda siria YPG, ya que la considera un socio efectivo en la lucha contra el Estado Islámico. Ankara teme que el avance de la milicia aliente a milicianos kurdos en Turquía.
El ilegal Partido de los Trabajadores del Kurdistán ha librado una insurgencia de tres décadas que ha dejado más de 40.000 muertos, en su mayoría kurdos, en el sudeste de Turquía.
(Escrito por David Dolan; Editado en Español por Ricardo Figueroa)