Por Madeline Chambers y Thorsten Severin
BERLÍN (Reuters) - La canciller alemana, Angela Merkel, pondrá en juego su reputación de gran constructora de consensos en Europa el miércoles, cuando lance su segundo intento de formar un gobierno de coalición tras semanas de choques con sus eventuales socios.
En busca de su cuarto mandato, Merkel ha visto cómo su autoridad se deterioraba tras las elecciones nacionales de septiembre, cuando el apoyo a los conservadores se vio erosionado ante el impulso de la extrema derecha.
Ahora está cada vez más presionada para alcanzar un acuerdo con los socialdemócratas (SPD) de centroizquierda, que también perdieron terreno en las elecciones, pero ambos han discrepado sobre una serie de temas, principalmente inmigración e impuestos.
En una reunión el miércoles por la tarde, Merkel intentará ganarse la confianza del líder del SPD, Martin Schulz, y del jefe de los conservadores de la CSU bávara, Horst Seehofer, acordando una estructura para conversaciones que está previsto se inicien el domingo y podría llevar a negociaciones oficiales de coalicion en unas semanas.
Tras fracasar en su intento prenavideño de forjar una coalición con los Verdes y los Demócratas Liberales del FDP, Merkel encabeza ahora un gobierno interino con el SPD que mantiene en funcionamiento la mayor economía europea.
La alianza CDU/CSU gobernó en una "gran coalición" con el SPD de 2013 a 2017 y, dado que los inversores temen un vacío de poder que pudiera retrasar las reformas en Alemania y la Unión Europea, la dirigente está presionando para repetir ese acuerdo.
Pero el SPD ha mostrado reticencias, y algunos de sus miembros se han mostrado a favor de favorecer una cooperación menos estrecha o apoyos a un gobierno en minoría.
Los dos bloques chocan en temas que van desde la sanidad a la inmigración, Europa y las pensiones y, en caso de no haber un acuerdo, el futuro de Merkel como canciller sería puesto en duda.
En los últimos días, algunos conservadores, especialmente de Baviera, han alimentado las tensiones pidiendo recortes de impuestos para quienes tengan sueldos altos y reducciones en beneficios para demandantes de asilo, a lo que el SPD se opone.