Por Ben Blanchard
PEKÍN (Reuters) - Al menos 50 personas murieron en un ataque contra una mina de carbón en la región occidental de China de Xinjiang, dijo el jueves Radio Free Asia, mientras un alto cargo de visita en la zona advirtió de que la situación de seguridad era "muy grave".
El Gobierno chino dice que se enfrenta a una seria amenaza por parte de extremistas y separatistas islamistas en Xinjiang, una región rica en recursos energéticos situada en el límite con Asia central, donde en los últimos años cientos de personas han muerto por la violencia.
Exiliados y grupos de derechos humanos dicen que China nunca ha presentado pruebas evidentes de la existencia de un grupo que luche contra el Gobierno, y que gran parte de la tensión se remonta a la frustración por los controles sobre la cultura y la religión de los uigures que viven Xinjiang, algo que Pekín niega.
Radio Free Asia, basada en Estados Unidos, dijo que el número de personas muertas en el ataque del pasado 18 de septiembre en Aksu había era de 50, de las cuales la mayoría pertenecía a la mayoría Han y mientras la policía responsabilizaba a separatistas con puñales.
La noticia se produce cuando el país cumple 60 años desde el establecimiento de la Región Autónoma de Xinjiang, mientras la televisión estatal muestra imágenes de minorías étnicas felices vestidos con colores y bailando.
Radio Free Asia, que cita sus propias fuentes, dijo que cuando los policías llegaron a la mina, los atacantes "arremetieron con sus vehículos usando camiones cargados con carbón".
"Casi todos los trabajadores que no estaban en su turno murieron o resultaron heridos", dijo el responsable policial Ekber Hashim a la emisora. "Algunos trabajadores estaban durmiendo mientras otros se preparaban para trabajar cuando los atacantes se lanzaron contra el edificio tras matar a los guardias de seguridad".
Reuters no pudo contactar con responsables para realizar comentarios. Este tipo de incidentes son a menudo dados a conocer en medios en el extranjero, pero no son confirmados por el Gobierno chino hasta días después.
Yu Zhengsheng, a cargo de los grupos religiosos y minorías étnicas y número 4 en el gobernante Partido Comunista, dijo a responsables en un acto por el 60º aniversario en la capital regional, Urumqi, que no se durmieran en los laureles.
"Debemos reconocer que Xinjiang se enfrenta a una situación muy grave para mantener la estabilidad social a largo plazo, y debemos hacer de la represión de las actividades violentas de terror el centro de nuestra lucha", dijo Yu en un discurso emitido en directo por la televisión estatal.