Por Mirwais Harooni y Phil Stewart
KABUL/WASHINGTON (Reuters) - Los Estados Unidos han llevado a cabo un ataque aéreo contra el líder de los talibanes afganos, probablemente matándolo en una remota zona fronteriza en Pakistán, en una operación que podría erosionar cualquier perspectiva inmediata de éxito en las conversaciones de paz.
Si se confirma, la muerte de Mullah Akhtar Mansour puede desencadenar una batalla por la sucesión y profundizar las fracturas que surgieron en el movimiento insurgente después de la muerte de su fundador, el Mullah Mohammad Omar, que fue confirmada el pasado año más de dos años después de su fallecimiento.
El ataque del sábado, que según funcionarios de Estados Unidos fue autorizado por el presidente Barack Obama y que incluyó varios aviones no tripulados, mostró que el país americano esta dispuesto a ir tras los líderes talibanes en Pakistán, a los que el gobierno de Kabul, apoyado por Occidente, ha acusado repetidamente de albergar a insurgentes.
También subrayó la creencia entre los comandantes estadounidenses de que bajo el liderazgo de Mansour los talibanes han incrementado cada vez más su parecido a grupos militantes como Al Qaeda, lo que plantea una amenaza directa a la seguridad EE.UU.
"Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo de precisión que tenía como objetivo el líder talibán Mullah Mansour en una zona remota de la frontera entre Afganistán y Pakistán", dijo el secretario de Estado U.S, John Kerry, en una conferencia de prensa durante una visita a Myanmar.
Mansour planteó una "amenaza continua e inminente" para el personal afgano y de Estados Unidos, dijo.
"Si la gente quiere interponerse en el camino de la paz y seguir amenazando y matando, no tenemos más remedio que responder y creo que hemos respondido apropiadamente," dijo Kerry.
Kerry no confirmó si el ataque había matado Mansour. Un portavoz del Pentágono había dicho antes que el resultado de la operación estaba siendo evaluado.
El gobierno afgano también dijo que la muerte de Mansour no se había confirmado pero un portavoz del presidente Ashraf Ghani dijo que parecía que estaba muerto. Altos funcionarios dijeron en privado que creían que lo habían matado.
Los talibanes no han hecho ninguna declaración oficial, pero dos comandantes cercanos a Mansour negaron que estuviera muerto.
Tras las informaciones sobre la muerte de Mansour, la atención se ha centrado en su segundo, Sirajuddin Haqqani, líder de una red que ha sido culpada de realizar la mayoría de los grandes ataques suicidas en Kabul.
"En base puramente a cuestiones de jerarquía, él sería el favorito para suceder a Mansour," dijo Michael Kugelman, del grupo de expertos Woodrow Wilson Institute.
Haqqani, designado como número dos después de que Mansour asumiera el control de los talibanes el año pasado, se ha visto como un rival de las negociaciones y si no pierde poder, es probable que las perspectivas para que las conversaciones avancen sigan disminuyendo.
Los esfuerzos para las negociaciones entre el gobierno afgano y los talibanes ya se habían estancado tras un ataque suicida en Kabul el mes pasado en el que murieron 64 personas y provocó que Ghani diera prioridad a las operaciones militares.
La oficina de Ghani dijo que los talibanes que quisieran terminar con el derramamiento de sangre se unieran a los esfuerzos de paz.