Por Maggie Fick y Katharine Houreld
DOLLOW, Somalia (Reuters) - En el punto más álgido de la hambruna de 2011 en Somalia, Madow Mohamed tuvo que dejar a su hijo tullido de cinco años, Abdirahman, al lado de la carretera para llevar a sus otros ocho niños hambrientos en busca de ayuda.
Cuando volvió a buscarlo, encontró solo una tumba. Estaba entre los 260.000 somalíes que fallecieron.
"Nunca se puede olvidar dejar morir a tu hijo", dice secándose las lágrimas al recordarlo siete años más tarde. "Es un infierno que nunca termina".
Esta vez, la sequía ha sido más dura. Pero ninguno de los otros hijos de Mohamed ha muerto - y el número total de muertos, aunque se desconoce, es mucho menor. Las Naciones Unidas han documentado más de 1.000 muertes, la mayoría por beber agua no potable.
¿POR QUÉ?
La intervención más temprana de los donantes, una menor interferencia por parte de una insurgencia islamista debilitada, un gobierno somalí más fuerte y el mayor acceso a los trabajadores humanitarios han sido cruciales.
Otra razón es que las agencias humanitarias están dando dinero en efectivo en lugar de alimentos - una forma de ayuda menos derrochadora que donantes como Canadá, Europa y Australia han adoptado, aunque Estados Unidos aún tiene restricciones a la ayudas relativas a los alimentos.
El Congreso de EEUU debatirá un movimiento hacia la ayuda en efectivo este año cuando los diputados voten una nueva Ley de Agricultura. Christopher Barrett, experto en ayuda alimentaria de la Universidad de Cornell, es uno de los muchos académicos, políticos y agencias humanitarias que exigen reformas.
"Una estimación conservadora es que sacrificamos aproximadamente 40.000 vidas de niños anualmente debido a políticas anticuadas de ayuda alimentaria", dijo al Congreso en noviembre.
DE LA COMIDA AL DINERO EN EFECTIVO
En 2011, hubo algunos donantes que dieron dinero en efectivo a Somalia, pero el Programa Mundial de Alimentos sólo repartió comida. A menudo los envíos fueron secuestrados por señores de la guerra o piratas, o se pudrieron bajo lonas mientras los camiones quedaban bloqueados en los controles de carretera.
Las familias hambrientas tuvieron que caminar durante días por el desierto para llegar a los puntos de distribución. Esa ruta quedó tan llena de cadáveres de niños que se llamó "El Camino de la Muerte".
Ahora, más del 70 por ciento de la ayuda del PMA en Somalia es en efectivo, gran parte de la cual se distribuye a través de teléfonos móviles. Más de 50 organizaciones benéficas también están entregando dinero en efectivo: cada mes, Mohamed recibe 65 dólares del grupo de ayuda italiano Coopi para gastarlos como quiera: leche, medicinas, alimentos o tasas escolares.
El dinero en efectivo tiene muchas ventajas sobre la ayuda alimentaria si los mercados funcionan. No está a la vista, por lo que es menos probable que se produzcan robos. Permite movilidad para que las familias puedan mudarse o quedarse.
El PMA dijo que repartió 134 millones de dólares directamente a familias somalíes para que lo gastaran en tiendas locales el año pasado.
"Nosotros... básicamente confiamos en el mercado para mantenernos activos", dijo Laurent Bukera, jefe del PMA en Somalia.
Y el dinero es más eficiente que las bolsas de alimentos: en Somalia, la ayuda monetaria significa 80 centavos por cada dólar que va directamente a la familia, en lugar de 60 centavos de ayuda alimentaria, dijo Calum McLean, experto en dinero en efectivo del departamento de ayuda humanitaria de la Unión Europea.
El dinero en efectivo podría haber salvado al pequeño Abdirahman.
"Me podría haber quedado en mi pueblo si hubiera tenido efectivo. Había algo de comida en los mercados. Era cara, pero si tenías dinero, había comida para comprarla", dijo Mohamed con tristeza.
CAMBIO GLOBAL
Los grupos humanitarios han estado experimentando con efectivo durante dos décadas, pero McLean dice que la idea despegó hace cinco años cuando la guerra civil siria llevó a millones de refugiados a países con sistemas bancarios sólidos.
Los donantes se han adaptado. Hace seis años, el cinco por ciento del presupuesto de la UE para ayuda humanitaria era para entregas en efectivo. Hoy, es más de un tercio.
La mayoría de los costes iniciales se basan en establecer una base de datos y un sistema de distribución. Después, añadir más receptores es barato, dijo McLean. Las cantidades pueden ser ajustadas fácilmente en función del nivel de necesidad o financiación.
"Las distribuciones de efectivo también se vuelven más baratas a mayor escala", dijo.
Algunas organizaciones caritativas no imponen restricciones al dinero en efectivo; otros como el PMA, estipulan que solo se puede gastar en ciertas tiendas con dependientes registrados.
En Dollow, la ciudad polvorienta en la frontera con Etiopía donde Mohamed vive con sus hijos supervivientes, las familias dicen que el dinero en efectivo ha transformado sus vidas.
Gacalo Aden Hashi, una madre joven cuyo nombre significa "encanto", recuerda haber caminado pasando junto a dos niños muertos en 2011 en su camino para obtener ayuda. Un tercero estaba vivo pero muriendo, dijo, y su familia, débil, tuvo que seguir adelante.
Cuando llegó al campo, los hombres estaban robando la ayuda alimenticia para dársela a sus familias, dijo.
"Los hombres se estaban golpeando entre ellos en la fila todo el rato en los repartos de comida", dijo. "Hay veces en las que podrías estar sentado y de repente un hombre fuerte y joven tomaba tu comida".
Ahora, dice ella, nadie puede robarle su dinero - Coopi utiliza un sistema que require un PIN para retirar el dinero. La mayoría del efectivo va a parar en comida, pero junto a un grupo con más mujeres, ha ahorrado lo suficiente coo para abrir un pequeño puesto.
"El dinero puede acabarse, pero este negocio no", dijo.
LOS PROBLEMAS PERSISTEN
El dinero en efectivo no funciona en todos los sitios. En Sudán del Sur, donde la hambruna ha golpeado brevemente a dos zonas el año pasado, la guerra civil cerró los mercados, obligando a las agencias de ayuda humanitaria a llevar alimentos en aviones y camiones.
Enviar dinero en efectivo a áreas afectadas por terremotos podría elevar los precios. Pero durante una sequía, donde los no hay recursos pero la infraestructura está intacta, las transferencias de efectivo son ideales, aseguran los expertos.
Algunos problemas permanecen. Hay a menudo poca coordinación entre los donantes - por ejemplo, hay siete bases de datos distintas en Somalia, dijo McLean, y los salarios mensuales pueden variar ampliamente.
En Uganda, las autoridades investigan denuncias por fraude después de que el gobierno usara su propio sistema de registro biométrico para los refugiados.
Y si no hay agua potable o un servicio médico disponible, los refugiados no pueden gastar más dinero en comprar agua o medicinas.
Pero la mayoría de académicos están de acuerdo en que el cambio a una mayor ayuda en efectivo salvaría más vidas, concluyó un documento informativo de 2016 del Servicio de Investigación del Congreso de EEUU.