Por Crispian Balmer y Giuseppe Fonte
ROMA (Reuters) - El nuevo Gobierno de Italia tomó posesión el jueves, con el proeuropeo Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas alineados en una hasta hace poco impensable coalición que ha sido recibida con los brazos abiertos por los mercados financieros.
Todo apunta a que el nuevo Ejecutivo italiano buscará una relación mucho menos conflictiva con la Unión Europea que el anterior, formado por la coalición entre el Movimiento 5 Estrellas y el grupo de extrema derecha la Liga, fuente de constantes fricciones en torno al presupuesto de la UE y a las normas migratorias.
El PD se ha hecho cargo del Ministerio de Economía y del Ministerio de Asuntos Europeos, mientras que parece seguro que quien fuera primer ministro de Italia con el PD, Paolo Gentiloni, se convertirá en el próximo comisario italiano de la UE, nombramientos todos que deberían garantizar una relación fluida con Bruselas.
Esta distribución de las carteras ha animado a los inversores. Los bonos italianos han registrado fuertes subidas durante la última semana, con el rendimiento de la referencia a 10 años tocando un nuevo mínimo histórico del 0,803% el miércoles. A principios de agosto se situaba por encima del 1,5%.
El primer ministro Giuseppe Conte, un profesor de derecho sin afiliación a ningún partido, encabezó su nuevo gabinete de 7 mujeres y 14 hombres en la ceremonia de toma de posesión en el palacio presidencial.
El 67º Gobierno de Italia desde la Segunda Guerra Mundial incluye pocos pesos pesados políticos, poniendo un énfasis mayor en la juventud antes que en la experiencia. "Será una gran aventura", dijo el ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti.
La señal más clara de ruptura con el Gobierno anterior se manifestó en la designación de la cartera de Interior, anteriormente en manos del líder de la Liga, Matteo Salvini, que ahora pasará a las de una funcionaria pública de carrera y especialista en inmigración, Luciana Lamorgese.
(Información de Crispian Balmer; Editado por Jon Boyle; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk)