Por Bruno Kelly
MANAOS, Brasil (Reuters) - Mientras la pandemia de coronavirus se propaga rápidamente por las zonas más pobres de la mayor ciudad de la Amazonía, un sacerdote local ha empezado a fabricar mascarillas en su iglesia y a entregarlas por su parroquia.
El padre Alfredo Avelar va puerta a puerta distribuyendo mascarillas en Educandos, una atestada favela en la ciudad brasileña de Manaos, donde viven 16.000 personas en precarias casas de madera situadas junto a una colina o en pilotes sobre un río repleto de basura y aguas servidas.
"La situación es muy delicada. Hay gente muriendo en sus casas por falta de camas hospitalarias", dijo el sacerdote de 33 años en su iglesia, en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
El sistema hospitalario en Manaos se ha quedado sin unidades de cuidado intensivo, mientras que el aumento de las muertes ha obligado al cementerio de la ciudad a recurrir a tumbas colectivas.
Más del 50% de los residentes de la ciudad vive en alojamientos inadecuados, según la agencia de estadísticas brasileña IBGE.
La mayor parte de la casas en Educandos, erigido a cerca de 1,5 kilómetros del centro de Manaos, sobre un afluente contaminado del Río Negro, carece de alcantarillado básico.
El cura y sus colaboradores en la iglesia hacen las rondas por estrechos callejones de tablas de madera, entregando mascarillas o introduciéndolas a través de portillas en puertas a parejas ancianas confinadas. Algunas mascarillas de tela azul y blanca llevan estampada la imagen de la Virgen María.
"Decidí quedarme en casa por miedo a que mis hijos se infecten", dijo la manicurista Juliane Silva, que llevaba una mascarilla entregada por la iglesia.
(Escrito por Anthony Boadle; editado en español por Carlos Serrano)