Por Rami Amichay
zariaTEL AVIV (Reuters) - Un joven soldado israelí que mató a un asaltante palestino herido e incapacitado fue sentenciado a 18 meses de prisión el martes, en una muestra de indulgencia que ha provocado la indignación de los palestinos tras uno de los juicios que más han dividido a Israel en la historia.
Hace once meses, el sargento Elor Azaria servía como médico del Ejército en la ciudad de Hebrón, en la ocupada Cisjordania, cuando dos palestinos apuñalaron e hirieron a otro soldado.
Uno de los asaltantes murió por disparos de los soldados. El otro recibió disparos y resultó herido. Once minutos después, cuando el hombre herido, Abd Elfatah Ashareef, de 21 años, seguía tendido en el suelo sin posibilidad de moverse, Azaria, entonces de 19 años, apuntó con su rifle y le disparó en la cabeza.
Ante el inminente 50 aniversario de la captura israelí de Cisjordania, el juicio ha generado un debate sobre si el Ejército, que acusaba a Azaria de violar las normas para abrir fuego y su código ético, no coincide con una población que ha girado a la derecha en sus actitudes hacia los palestinos.
Un sondeo mostró que cerca de la mitad de los israelíes judíos dijo que cualquier atacante palestino debería ser ejecutado en el momento.
Un tribunal de tres jueces militares condenó a Azaria por homicidio el mes pasado, un delito que conlleva un máximo de 20 años de prisión. Los fiscales habían pedido una sentencia de tres a cinco años, señalando que el soldado había disparado contra un atacante que había llevado a cabo su ataque tan solo unos minutos antes.
Con una sentencia de 18 meses, el tribunal dijo que Azaria se había "convertido en juez y ejecutor" y no había expresado remordimientos por su crimen.
Pero dijo que habían aprobado una sentencia más leve de lo solicitado en parte porque había sido la primera experiencia en combate de Azaria y su historial había sido impoluto hasta entonces.
"Se están riendo de nosotros", dijo el padre de Ashareef, Yusri, a Reuters después de que la sentencia fuera anunciada. El gobierno palestino dijo que la decisión daba a los soldados israelíes "luz verde" para llevar a cabo "ejecuciones" sin temor a un castigo real.