Por Andrew Cawthorne
DOHA, 23 nov (Reuters) - La Argentina de Lionel Messi debe dejar a un lado su orgullo herido tras la sorprendente derrota ante Arabia Saudita y recuperar el espíritu de lucha del seleccionado de 1990, igualmente castigado en el debut, si quiere llevarse a casa la Copa Mundial por tercera vez.
El quinto y último intento de Messi por igualar la inmortalidad de Diego Maradona entre los argentinos ganando el mayor trofeo del fútbol no podría haber empezado peor, con la derrota del martes por 2-1 ante los saudíes, una de las mayores sorpresas del torneo.
Sin embargo, él y su desconsolado equipo podrían animarse con el recuerdo de hace 32 años, cuando Argentina comenzó el Mundial de Italia con una sorprendente derrota ante Camerún, pero aun así llegó a la final.
"¿Podemos ganar? Por supuesto", dijo el exdefensa argentino Pablo Zabaleta, citando la hazaña de 1990, aunque los sudamericanos perdieron esa final contra Alemania Occidental.
"Todavía queda mucho camino por recorrer".
Los jugadores argentinos parecían traumatizados cuando abandonaron el lunes el terreno de juego del estadio Lusail tras decir adiós a su racha de 36 partidos invictos, mientras los saudíes celebraban a su alrededor.
Sin embargo, cuando las cosas se calmaron, Argentina recuperó el temple y se centró en los dos desafíos restantes del Grupo C: contra la selección mexicana de Gerardo Martino y la complicada Polonia de Robert Lewandowski.
"Tenemos que demostrar que somos un grupo de verdad. No hay excusas. Tenemos que estar unidos y levantar", dijo Messi, de 35 años, en una llamada de atención del capitán. "Todavía depende de nosotros. (...) Hay que corregir las cosas que hicimos mal y aprender".
'POR MESSI AHORA, POR MARADONA EN EL CIELO'
El entrenador Lionel Scaloni envió la misma señal.
"No queda otra que levantarse y seguir adelante. (...) El primer tiempo creo que fue todo nuestro, pero un gol te puede cambiar todo. Analizaremos las jugadas de los goles de ellos con más calma", dijo.
Scaloni podría empezar por practicar las dificultades con el fuera de juego. Entre Lionel Messi y Lautaro Martínez metieron cuatro veces el balón en la portería de Mohammed Al-Owais en el primer tiempo, pero sólo uno fue válido: el penal de Messi.
En los últimos tiempos, Argentina parecía haber encontrado una defensa de categoría mundial a la altura de su fulgurante fuerza de ataque, pero su escudo se fue al traste en un alocado lapso de 10 minutos en el que los saudíes les pasaron por encima para marcar dos goles y dar la vuelta el partido.
Scaloni debe recuperar rápidamente la contundencia y confianza que tan bien ha servido a Argentina en su notable racha de imbatibilidad desde mediados de 2019. La racha los elevó a la tercera posición de la clasificación mundial y los convirtió en firmes favoritos en Qatar.
"Simplemente tenemos que hacer esto: por Messi ahora, por Maradona en el cielo, por toda la Argentina", dijo Lionel Rodríguez, envuelto en una bandera celeste y blanca adornada con la cara de Messi mientras caminaba con amigos en una calle de la capital qatarí, Doha.
"El partido con Arabia Saudita fue una aberración. Que el mundo lo disfrute por ahora. Somos un gran equipo, ¡nos vamos a reir al final!".
(Información de Andrew Cawthorne; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)