Por Toby Sterling
AMSTERDAM (Reuters) - El Museo Casa de Ana Frank, construido alrededor del apartamento secreto donde la adolescente y su familia judía se escondieron de los nazis, reabrió sus puertas tras ser renovado para recibir a una nueva generación de visitantes, cuyos abuelos nacieron después de la Segunda Guerra Mundial.
El museo y el diminuto apartamento donde Ana escribió su diario, que se ha convertido en el documento más leído del Holocausto, atrae a 1,2 millones de visitantes por año.
La historia de Ana está contada mediante fotos, citas de su diario y testimonios de video de supervivientes. Los curadores han agregado ahora un tour de audio.
"A veces decimos que el Museo Casa de Ana Frank es uno de los pocos museos del mundo que no tienen mucho más que ofrecer que espacios vacíos", dijo su director Ronald Leopold.
"Un tour de audio nos dio la posibilidad de dar información sin afectar lo que pienso es uno de los elementos más poderosos de esta casa: su vacío", agregó.
Un viaje por el museo, que fue reinaugurado el jueves por el rey Guillermo Alejandro, comienza con la historia de la familia Frank, su vuelo a Holanda luego del ascenso al poder de Hitler en Alemania y su decisión de esconderse el 6 de julio de 1942.
Los visitantes atraviesan la falsa biblioteca que escondía el anexo secreto que estaba encima de un almacén donde Ana, su hermana Margot, su padre Otto, su madre Edith y otros cuatro judíos se escondieron hasta que fueron arrestados por la policía alemana el 4 de agosto de 1944.
El museo exhibe el documento del gobierno que registra la deportación de la familia Frank en un tren para ganado a Auschwitz.
Ana luego fue transferida al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde murió a principios de 1945 a los 15 años, una de los seis millones de judíos que perdieron la vida bajo el régimen nazi.
De todos los que se escondieron en el apartamento secreto, sólo Otto sobrevivió a la guerra. A él le entregaron el diario de Ana, que había sido preservado por Miep Gies, un miembro del cerrado círculo de amigos holandeses que ayudaron a los judíos a esconderse.
En un videoclip, Otto describe la lectura del diario después de un período de duelo.
"Debo decir que me sorprendí mucho sobre los profundos pensamientos que ella tenía; su seriedad, especialmente su autocrítica. Era una Ana bastante diferente a la que yo había conocido como mi hija", dijo Otto.
"Mi conclusión es que, considerando que había estado en muy, muy buenos términos con ella, la mayoría de los padres no saben -no conocen realmente- a sus propios hijos", agregó.
El museo concluye con una habitación sencilla donde el diario original de tapa cuadriculada en rojo y blanco y varias páginas adicionales están en exhibición. No se permite tomar fotografías debido a la fragilidad de sus hojas.
(Información de Toby Sterling; traducido por Lucila Sigal)