DIYARBAKIR, Turquía (Reuters) - Un coche bomba, detonado supuestamente por militantes kurdos, explotó el lunes cerca de oficinas del gobierno en la ciudad de Van, en el sureste de Turquía, hiriendo a decenas de personas un día después de que varios alcaldes de localidades kurdas fueran despojados de sus cargos.
La explosión tuvo lugar a unos 200 metros de la oficina del gobernador provincial de Van, dijeron fuentes de seguridad, arrasando el distrito central de la ciudad y prendiendo fuego a edificios y vehículos.
Los responsables policiales dijeron que 27 personas resultaron heridas y que no había víctimas mortales.
El sureste turco ha sufrido repetidamente explosiones y otros ataques desde que el grupo Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que mantiene una insurgencia de tres décadas por la autonomía kurda en la región, abandonara un alto el fuego en 2015.
Fuentes de seguridad dijeron que sospechaban que el PKK estaba detrás de la explosión en Van y que se había lanzado una operación para perseguir a los sospechosos. No hubo una reivindicación inmediata.
La explosión arrancó la fachada de un edificio de cuatro plantas. Imágenes de la agencia Dogan mostraron mangueras tratando de aplacar las llamas en el otro lado de la calle. El distrito, normalmente muy concurrido, estaba más vacío el lunes, en el primer día del festivo musulmán del Eid al-Adha.
Burhan Kayaturk, miembro del Parlamento del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por su sigla en inglés), dijo que la explosión tenía como objetivo las oficinas regionales del AKP, aunque añadió que el edificio estaba bien asegurado y no sufrió muchos daños.
Turquía nombró el domingo nuevos administradores en 24 localidades controladas por los kurdos, principalmente en el sureste del país, tras cesar a sus alcaldes por sospechas de lazos con el PKK, lo que desencadenó protestas. Cuatro ciudades de la provincia de Van fueron afectadas por las destituciones.
El presidente turco, Tayip Erdogan, dijo el lunes que Turquía tenía pruebas de que los alcaldes habían apoyado a militantes kurdos y que deberían haber sido cesados antes.
El partido prokurdo de la oposición, el tercero mayor en el Parlamento nacional, criticó lo que consideró un "golpe administrativo" y dijo que la medida era ilegal.