Por Gabriella Borter
26 dic (Reuters) -Una poderosa tormenta de nieve que paralizó el oeste del estado de Nueva York el fin de semana de Navidad causó la muerte de al menos 27 personas, dijeron el lunes autoridades locales, mientras los equipos de carreteras y suministros se apresuraban a excavar la nieve en el área de Buffalo ante la tormenta más intensa en varias décadas.
Con más de 1,2 metros de nieve cayendo sobre Búfalo desde el viernes, la segunda ciudad más grande de Nueva York se convirtió en la zona cero de una tormenta que el gobernador calificó de desastre meteorológico "épico".
El número de muertes confirmadas relacionadas con la tormenta ascendió el lunes a 27 en Búfalo y el resto del condado de Erie, frente a las 13 de la noche anterior. Entre las víctimas mortales había personas encontradas en bancos de nieve y dentro de coches o que habían fallecido por estrés cardíaco mientras quitaban la nieve, dijo el ejecutivo del condado, Mark Poloncarz.
El condado emitió una alerta advirtiendo que el sobreesfuerzo de "retirar nieve pesada y húmeda puede causar lesiones en la espalda y ataques al corazón".
Según un recuento de NBC News, al menos 60 personas han perdido la vida en incidentes relacionados con el clima en todo el país, debido a una helada ártica y un frente de tormenta que se extendió por la mayor parte de Estados Unidos durante días, hasta la frontera con México.
La tormenta ha causado estragos en los viajes por todo Estados Unidos durante el fin de semana, dejando varados a los pasajeros al cancelarse miles de vuelos.
La región de Buffalo, a orillas del lago Erie y cerca de la frontera canadiense, fue la más afectada.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, el lunes por la mañana había casi 1,27 metros de nieve en el aeropuerto de Búfalo.
Aunque los vientos cegadores que crearon condiciones de nieve blanca durante más de dos días habían disminuido el lunes, la nieve siguió cayendo, con acumulaciones de hasta 30 cm más previstas hasta el martes en zonas al sur de Buffalo y al norte de Siracusa.
CONTINÚAN LOS TRABAJOS DE RESCATE
Las carreteras seguían repletas de coches, autobuses, ambulancias, grúas e incluso arados enterrados bajo enormes acumulaciones de nieve, lo que complicaba los esfuerzos por despejar las calles cubiertas de nieve y llegar hasta los residentes que necesitaban atención médica. Las autoridades desplegaron tractores de gran altura como transporte hospitalario.
A pesar de la prohibición de circular por carretera que seguía en vigor el lunes, cientos de automovilistas tuvieron que ser rescatados de sus vehículos durante el fin de semana.
Algunas de las tiendas de comestibles que habían permanecido cerradas durante días volvieron a abrir el lunes, y la gente recorría más de un kilómetro y medio a través de calles intransitables para llegar hasta ellas.
La gravedad de la tormenta, notable para una región acostumbrada a las inclemencias invernales, fue el resultado de una combinación de factores meteorológicos que se potenciaron mutuamente.
Los vientos huracanados, el frío entumecedor y la nieve de "efecto lago" -resultado de la humedad recogida por el aire gélido que se desplaza sobre las aguas más cálidas del lago- produjeron una tormenta que, según la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, pasaría a la historia como "la ventisca del 22".
Tanto Hochul como las autoridades locales la consideraron la peor tormenta de nieve en la zona de Buffalo desde la de 1977, en la que murieron casi 30 personas.
El presidente Joe Biden tuiteó el lunes que había hablado con Hochul por teléfono y que su administración proporcionaría recursos para ayudar a la región a cubrir los enormes gastos de rescate y recuperación de la tormenta.
"Mi corazón está con aquellos que han perdido a seres queridos este festivo fin de semana. Están en mis oraciones", dijo Biden.
Cientos de efectivos de la Guardia Nacional ayudaron el lunes a los equipos de emergencia locales y a la policía estatal a rescatar a personas atrapadas en casas y coches, realizar controles de salud y distribuir alimentos y artículos de primera necesidad.
Poloncarz dijo que muchos trabajadores de emergencias habían quedado atrapados en la avalancha de nieve durante el fin de semana, lo que obligó a enviar equipos especiales "para rescatar a los rescatadores".
Miles de personas en el condado de Erie habían restablecido el suministro eléctrico el lunes por la mañana, según Poloncarz, aunque unos 14.000 clientes seguían sin suministro en todo el estado, según Poweroutage.us.
Poloncarz rogó a los automovilistas que tuvieran en cuenta la prohibición de circular para mantener libres de tráfico las estrechas rutas de las calles que habían sido despejadas para los trabajadores de emergencias y suministros que trataban de sortear una carrera de obstáculos de coches enterrados y bancos de nieve.
"Hay coches por todas partes. Por todas partes (...) Llevará tiempo despejarlos", dijo Poloncarz.
(Reporte de Gabriella Borter, Brendan McDermid, Kanishka Singh y Susan Heavey; ; editado en español por Carlos Serrano, Marion Giraldo, Aida Peláez-Fernández y Tomás Cobos)