MADRID (Reuters) - Unos 700 inmigrantes intentaron el martes entrar en territorio español en dos saltos a la valla fronteriza que separa Marruecos de Melilla, de los cuales 30 lo consiguieron, dijo el Gobierno español.
En una nota de prensa, la delegación del Gobierno en el enclave español en el norte de África dijo que unos 50 inmigrantes permanecían a media mañana encaramados a la valla, reforzada recientemente para evitar el aluvión de saltos de inmigrantes que ha proliferado en el último año.
Los inmigrantes se dividieron en dos grupos aún en territorio marroquí para tratar de entrar en España. El primer salto tuvo lugar poco después de las 6 de la mañana, cuando alrededor de 500 personas trataron de superar el perímetro fronterizo, lográndolo 30 de ellas.
"En esta ocasión, para sortear las nuevas medidas anti-intrusión desplegadas a lo largo del vallado, los inmigrantes se han auxiliado de rústicas escaleras de madera, de fabricación artesanal, así como de objetos diversos como piedras que fueron lanzando contra las fuerzas de seguridad marroquíes en su aproximación a la valla de Melilla así como contra la propia Guardia Civil", dijo el Gobierno en su nota de prensa.
El segundo grupo, compuesto de otras 200 personas, intentó saltar la valla sin éxito una hora después. Los 50 que permanecen encaramados a la valla pertenecen a este grupo.
Los saltos se saldaron con tres inmigrantes heridos.
NUEVA OLA DE INMIGRANTES
El incidente se produce en un momento en el que más de 500 inmigrantes fueron rescatados entre el lunes y el martes en aguas del Estrecho de Gibraltar por parte de los servicios de emergencia españoles.
En junio, la Guardia Civil y las fuerzas de seguridad marroquíes evitaron un intento de salto a la valla protagonizado por un millar de inmigrantes, mientras que un mes antes, otro millar de inmigrantes subsaharianos trataron de entrar en Melilla en otro salto en el que varios centenares habrían conseguido cruzar la valla.
Miles de personas intentan cada año entrar en España por vía terrestre, por las ciudades norteafricanas de Ceuta y Melilla, o en frágiles embarcaciones, como puerta de entrada a la Unión Europea en busca de una vida mejor.
El Gobierno español ha redoblado el número de miembros de las fuerzas de seguridad desde abril, después de que alrededor de medio millar de personas lograran saltar desde Marruecos.
Desde entonces se han producido otros intentos masivos de sortear unas vallas con un perímetro de 12 kilómetros que tienen cuatro metros de altura y están coronadas por concertinas.
Los inmigrantes, ya en suelo español, permanecen internados en los centros de acogida, que están saturados, mientras se tramita su posible repatriación. Muchos de ellos son trasladados finalmente a la península y acaban yéndose al resto de Europa.
Las negociaciones en la UE de cara a una solución europea al problema han avanzado poco a pesar de los llamamientos de España e Italia, otro país afectado por la llegada masiva de inmigrantes, para que sus socios del norte de Europa compartan un mayor compromiso en el problema.