Por Angus Berwick y Sonya Dowsett
BARCELONA (Reuters) - Con el Gobierno español dispuesto a tomar las riendas de Cataluña el viernes, la lealtad de la policía autonómica catalana a la causa independentista o al gobierno de Madrid se pondrá a prueba si se les ordena desalojar a sus jefes, los actuales altos cargos políticos catalanes.
La policía española provocó indignación a nivel internacional cuando utilizó porras y pelotas de goma en su intento por frenar el referéndum independentista ilegal celebrado el 1 de octubre ante la pasividad de los Mossos d'Esquadra, desencadenando la peor crisis institucional de la historia moderna de España.
El Gobierno secesionista de Cataluña está dispuesto a resistir el plan de intervención del gobierno central, y hay dudas sobre cómo responderían las divididas y desmoralizadas unidades de los Mossos d'Esquadra si reciben la orden de desalojar a la fuerza al presidente Carles Puigdemont y su gobierno autonómico.
La Policía Nacional podría pasar de nuevo a primera línea del conflicto.
Entre los Mossos reina la desconfianza entre aquellos que apoyan el movimiento independentista y aquellos que no. Además se sienten distanciados de la Policía Nacional, según revelan entrevistas a agentes de los Mossos y la policía española.
La Guardia Civil presentó pruebas contra el mayor de los Mossos, Josep Lluis Trapero, en una investigación por sedición después de que sus fuerzas se mantuviesen al margen y permitiesen la votación el 1 de octubre, según documentos judiciales.
Cinco agentes de los Mossos, que hablaron bajo la condición de no ser identificados, dijeron que creían que el cuerpo policial compuesto por unos 17.000 agentes está dividido entre aquellos que quieren la independencia y aquellos que se oponen a ella. Tres de ellos dijeron que no usarían la fuerza para expulsar de sus cargos a consejeros o diputados.
"No voy a usar la fuerza, dando porrazos a la gente, si hay resistencia pasiva", dijo un veterano miembro de los Mossos con 15 años de experiencia y favorable a la independencia, que declinó dar su nombre.
El agente dijo que había muchos otros que se sentían de la misma forma, pero añadió: "Voy a seguir órdenes. Mi familia tiene que comer".
Un portavoz de los Mossos dijo que la fuerza policial era neutral y no estaba sujeta a ningún "criterio político o ideológico".
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está decidido a frustrar la iniciativa independentista de Cataluña, cuya región supone un 16 por ciento de la población española pero genera un 19 por ciento del PIB nacional, para evitar lo que él cree que resultaría en una oleada de inestabilidad económica y social en el corazón de la zona euro.
CADENA DE MANDO
Varios agentes dijeron a Reuters que también había una facción contra la independencia en los Mossos d'Esquadra que utiliza una aplicación de chat encriptada para compartir sus opiniones sobre cómo actuar.
En un intento de imponer su autoridad, el Gobierno de Madrid sustituirá a los altos cargos de los Mossos, pero la cuestión es si esto será suficiente para garantizar la lealtad de la policía catalana.
La postura de los Mossos tendrá una influencia importante sobre los 7,5 millones de catalanes ya que la fuerza policial está muy arraigada en la sociedad catalana al remontarse sus orígenes a las milicias civiles surgidas en el siglo XVIII.
La reputación de los Mossos se vio reforzada por la gestión del atentado islamista de agosto, en el que una furgoneta arrolló y mató a 14 personas en Barcelona.
Rajoy buscará el viernes el apoyo del Senado, donde tiene mayoría, para poder así dar un paso sin precedentes hacia el control de Cataluña, su gobierno y los Mossos.
El Ejecutivo relevará a los dos principales mandos y sus 23 comisarios, y trasferiría la cadena de mando a un alto cargo de la Policía Nacional que aún no ha sido nombrado y que dependerá del Ministerio del Interior, dijeron responsables en Madrid y del sindicato de los Mossos.
DESOBEDIENCIA EXTREMADAMENTE SERIA
El ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, dijo el fin de semana, antes de que se produjeran llamamientos a la desobediencia civil por parte del gobierno catalán, que el Ejecutivo central no iba a arrestar a nadie.
Pero un alto cargo gubernamental dijo que podría ser necesario dependiendo de la reacción en Cataluña.
"Si hay que desalojar el parlamento y cerrarlo o si hay que desalojar los despachos de los consellers y ellos obedecen, no hay problema. Si no obedecen, habrá que imponerlo", dijo.
La tensión entre Madrid y los líderes pro-independentistas ha erosionado la moral de los Mossos, con cientos de agentes que están en contra de la independencia sopesando abandonar el cuerpo, dijeron agentes y miembros del sindicato. Algunos se quejan de que están siendo marginados por sus compañeros independentistas.
Luis Miguel Lorente, director del sindicato de la policía nacional ARP, dijo que alrededor de 200 agentes de los Mossos habían contactado con su sindicato para obtener información sobre como unirse a la Policía Nacional.
España ha enviado alrededor de 4.000 agentes de refuerzo a Barcelona, donde las manifestaciones a ambos lados del debate independentista han sacado a la calle a cientos de miles de personas.
Estos agentes han sido alojados en dos cruceros en el puerto de Barcelona. Uno de los barcos está decorado con pinturas de los personajes de dibujos animados Piolín y el Gato Silvestre, lo que ha provocado que Piolín sea adoptado como mascota del movimiento independentista por algunos de los activistas.
Los participantes del referéndum votaron por abrumadora mayoría por la independencia, pero la participación solo fue de alrededor del 43 por ciento del electorado ya que muchos de los catalanes que prefieren que la región continúe siendo parte de España boicotearon el referéndum. Los secesionistas dijeron que el resultado les otorgaba el mandato de luchar por la independencia de Cataluña.
POLICÍA NACIONAL PREPARADA
Las manifestaciones han sido pacíficas, pero el referéndum demostró lo fácil que pueden escalar las tensiones cuando Madrid utiliza la Policía Nacional, despreciada por muchos secesionistas, para aplicar las medidas contra la independencia. Si los Mossos se mantienen al margen de nuevo, la policía nacional tendrá que volver a tomar el control de la situación, dijo el alto cargo gubernamental.
Un desafiante Gobierno catalán, que mantiene sus funciones hasta que el Senado apruebe las medidas de Rajoy, dijo esta semana que los servicios civiles, incluyendo los Mossos, continuarían obedeciendo sus instrucciones.
Esta premisa suscita la duda de si Puigdemont y los diputados regionales rechazarán dejar sus oficinas o si sus seguidores pueden intentar ayudar ocupando sus oficinas.
Aparte de sustituir a los líderes de los Mossos, puede que Madrid también coloque a los agentes de los Mossos lejos de los edificios principales del gobierno y utilice a la policía nacional en su lugar, dijo un responsable del Ministerio de Interior.
Las relaciones entre las fuerzas regionales y nacionales han tocado fondo y no se están llevando a cabo nuevas investigaciones conjuntas, dijeron agentes de ambas entidades.