Por Mayela Armas y Vivian Sequera
CARACAS, 19 may (Reuters) - Con Estados Unidos considerando una respuesta a un envío de gasolina de Irán a Venezuela, las personas que esperaban en las filas fuera de las estaciones de servicio en la capital del país dijeron que estaban ansiosos por llenar sus tanques, independientemente de cómo llegara el combustible.
Ambos países miembros de la OPEP son adversarios de Washington.
Un funcionario del gobierno del presidente Donald Trump dijo la semana pasada que fue "inoportuno" el envío de cinco buques, que todavía están en marcha hacia Venezuela, que está sumergida en una aguda escasez de combustible.
Algunos políticos de la oposición venezolana han criticado el envío debido a preocupaciones por los lazos del presidente Nicolás Maduro con Irán.
Pero Franklin Luzardo, que trabajaba en un restaurante y que durante la cuarentena por el coronavirus ha estado llegando a fin de mes haciendo entregas a domicilio, dijo que obtener gasolina es más importante que de dónde proviene.
"De dónde sea no me importa", dijo Luzardo, de 56 años, a Reuters el martes en una estación de servicio en el este de Caracas, a la que llegó el lunes por la noche. "Sin gasolina el carro se para y ese es el pan en nuestra mesa".
La escasez de gasolina se ha agudizado en los últimos meses debido a la presión de Estados Unidos sobre los proveedores, parte de una campaña de "presión máxima" de Washington sobre Maduro, en cuyo gobierno se ha producido un colapso económico y está acusado de corrupción, violaciones de los derechos humanos y de manipular su reelección de 2018.
Sin embargo, la escasez ha afectado a Venezuela durante años debido al colapso de la red de refinación, con una capacidad de 1,3 millones de barriles por día del país, debido a la falta de inversión y la mala gestión de la petrolera estatal PDVSA.
"No teníamos que haber llegado a eso de importar gasolina de Irán cuando aquí se debe producir gasolina", dijo Coromoto Álvarez, de 61 años, una enfermera jubilada que llegó a una estación de servicio de PDVSA en la Bandera, en el sur de Caracas, a las tres de la madrugada del martes. La escasez ha dificultado la entrega de alimentos y ha dejado a los médicos luchando por llegar a los hospitales.
"No me importa si la gasolina viene de Irán, lo que importa es que se consiga", dijo Carmen Rivero, economista de 35 años que también esperaba en la estación de La Bandera. "Sin gasolina falla la distribución de comida, la gente no puede trabajar".
(Reporte de Mayela Armas y Vivian Sequera. Edición Luc Cohen.; Editado en español por Javier López de Lérida)