Por Marko Djurica y Fedja Grulovic
CERCA DE BIHAC, Bosnia, 2 nov (Reuters) - Cientos de migrantes de Oriente Medio y Asia que viven en un campo de refugiados en los bosques de Bosnia carecen de alimentos y ropa de cama suficiente, y corren un creciente riesgo a medida que se acerca el invierno en los Balcanes, dicen trabajadores humanitarios.
Bosnia ha afrontado un aumento en el número de inmigrantes desde que Croacia, Hungría y Eslovenia cerraron sus fronteras a los indocumentados.
En junio, autoridades de la ciudad de Bihac, en el noroeste de Bosnia, trasladaron a los inmigrantes que vivían allí a un asentamiento den Vucjak, un antiguo vertedero a 8 kilómetros de la frontera croata.
Las agencias de ayuda han instado a las autoridades a cerrar Vucjak y encontrar un mejor lugar para los migrantes mientras las temperaturas bajan. "De lo contrario, está muy claro lo que sucederá. Si la gente se queda allí durante el invierno, morirá", dijo Peter Van der Auweraert, coordinador para los Balcanes de la Organización Internacional para las Migraciones.
En el lugar no hay agua corriente ni electricidad. Los bosques cercanos están llenos de minas terrestres que quedaron de las guerras yugoslavas de la década de 1990.
NO APTO PARA SERES HUMANOS
En un día lluvioso de fines de octubre, con una temperatura cercana a los cero grados, agentes de policía tuvieron que actuar para contener a los inmigrantes que se peleaban por las exiguas raciones de alimentos provistas por la Cruz Roja local.
Algunos se bañan echándose agua fría con recipientes de plástico en un lugar en el que la mayoría de los refugiados no tiene ropa lo suficientemente abrigada para combatir el frío.
Varios hombres encendieron fuego y cocinaron las raciones de la Cruz Roja. Otros sacrificaron una oveja, esperando una comida más sustancial.
"Vi refugios de animales en Eslovenia y Croacia que son mejores que este campamento", dijo el afgano Mohammed Idriz. "Esto no es apto para seres humanos".
Muchos migrantes han intentado cruzar a Croacia, sin éxito. Dicen que la policía los golpeó y destrozó sus teléfonos móviles, acusaciones que Croacia ha negado.
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Más de 40.000 migrantes han ingresado a Bosnia desde 2018, de los cuales casi una quinta parte son niños. Muchos logran de alguna manera llegar a Europa occidental.
Bosnia no ha podido definir dónde alojar a los migrantes que están atrapados en su país. El gobierno central dice que ha ofrecido alojamiento alternativo, pero las autoridades regionales no han estado de acuerdo.
En otro problema que se suma a la crisis en el campamento de Vucjak, las autoridades de Bihac amenazaron con cerrar el centro de migrantes Bira, ubicado en una antigua fábrica de la ciudad, en aproximadamente dos semanas.
Van der Auweraert dijo que cerrar el centro de Bira sería una "decisión desastrosa" que agregaría 1.300 personas a las 2.000 o 2.500 que actualmente no se encuentran en un alojamiento seguro en este rincón de Bosnia.
(Escrito por Daria Sito-Sucic; Editado en español por Javier Leira)