Este artículo se publicó en inglés el día 9 de agosto de 2016
Los sospechosos habituales de la OPEP ‒Kuwait, Venezuela y Ecuador‒ están presionando para reactivar las conversaciones acerca de la congelación de la producción de petróleo que tuvieron lugar el pasado mes de abril en Doha, Catar. Como de costumbre, cuando alguien en la OPEP dice algo sobre congelación de la producción, los hambrientos especuladores hacen subir el precio del petróleo. Eso mismo hicieron el lunes.
El inversor inteligente sin embargo debería recelar de este tipo de noticias. Los observadores del mercado ya presenciaron una situación similar a principios de este año. El invierno pasado, cuando empezó a hablarse por primera vez de que los países miembros y no miembros de la OPEP podrían discutir una congelación de la producción, el precio del petróleo estaba en su punto más bajo: 28 USD por barril. Cuando las conversaciones tuvieron lugar meses más tarde, el petróleo se había disparado casi un 50% hasta situarse en más de 44 USD por barril.
Esto se debió en gran parte a la especulación. Tras el fracaso de las conversaciones, el petróleo cayó bruscamente un 7%. Esta vez, los inversores deberían recibir las noticias de posibles conversaciones sobre la congelación de la producción de petróleo con gran escepticismo. No te tragues que las condiciones financieras, fundamentos o incluso las metas en cuanto a las políticas han cambiado simplemente porque un ministro de la OPEP habla de conversaciones sobre la congelación de la producción de petróleo.
Al principio, parecía que el mercado petrolero había aprendido su lección y no se estaba tomando en serio esta noticia. Cuando se supo de la ello el viernes, el precio del petróleo cayó durante casi toda la jornada para después cerrarla casi sin cambios. Esta semana, sin embargo, los especuladores parecen encantados (el petróleo subió un 2,5% el lunes) con la idea de que los miembros de la OPEP podrían acordar una congelación de la producción cuando se reúnan en Argelia el 28 de septiembre, en el Foro Internacional de la Energía.
Por qué fracasó el intento de congelación del petróleo en Doha
La última vez, los medios de comunicación informaron de que las tensiones entre Irán y Arabia Saudí arruinaron el acuerdo en el último minuto. Según este argumento, el acuerdo estaba listo para firmarse sin la participación iraní, pero Arabia Saudí supuestamente lo tiró por tierra en el último momento cuando de repente cambió de opinión y decidió que Irán debía participar en el acuerdo. Esta narrativa inexacta alimentó especulaciones que resultaron en una caída de los precios del 7%.
En realidad, las conversaciones de Doha fracasaron porque ninguno de los principales países productores de petróleo (Arabia Saudí, Rusia, Irán e Iraq) tenía un incentivo real para acordar una limitación de su producción. Desde el principio, Ali al-Naimi, entonces ministro de petróleo de Arabia Saudí, dejó claro que todas las naciones de la OPEP (incluido Irán) tenían que participar para que la congelación de la producción se barajara siquiera.
Él estaba dispuesto a participar en las conversaciones sin Irán, con la esperanza de que los iraníes decidieran unirse, pero dejó claro desde el principio que no sería posible que una congelación de la producción pudiera tener éxito sin la participación de Irán. Bijan Zangeneh, ministro de petróleo de Irán, también dejó claro desde el principio que la nación no se plantearía siquiera participar en una congelación de la producción de petróleo si su producción no alcanzaba antes niveles previos a las sanciones. Las negociaciones de Doha nunca tuvieron una oportunidad.
Posición de Irán sobre esta congelación del petróleo
Algunos miembros de la OPEP creen que las condiciones han cambiado lo suficiente durante los últimos seis meses como para que la idea de una congelación de la producción sea ahora realista. Se trata de una ilusión. La producción iraní ha aumentado, pero no ha alcanzado todavía los niveles previos a las sanciones. Parece que Irán no será capaz de aumentar más su producción y que no será siquiera capaz de mantener los niveles actuales mucho más tiempo.
La situación financiera de Irán sigue siendo nefasta y el país necesita más ingresos del petróleo. La única manera de que puedan obtener esa clase de ingresos procedentes del petróleo es aumentar la producción iraní a expensas de otros. Una congelación de la producción no lograría ese objetivo, por lo que Irán no tiene ningún incentivo para llegar a un acuerdo.
Los (no) intereses de Arabia Saudí y Rusia en la congelación del petróleo
Arabia Saudí no tiene ningún incentivo para llegar a un acuerdo de congelación de la producción, particularmente porque acaba de reducir el precio del petróleo Arab Light a sus clientes asiáticos. El país no se enfrenta a una crisis financiera o a ningún obstáculo. Arabia Saudí puede seguir ganando más dinero por barril de petróleo vendido que cualquier otra nación.
Los precios bajos también ayudan al creciente aumento de la actividad en las refinerías y empresas petroquímicas saudíes. El Reino puede seguir gastando sus reservas de efectivo para financiar su Gobierno y obtener préstamos de bajo interés para grandes proyectos de desarrollo durante varios años.
Rusia, el principal productor no miembro de la OPEP, siempre es un comodín cuando se trata de acuerdos con la OPEP. El país ya había incumplido acuerdos de producción de petróleo antes. Incluso aunque el ministro de energía Alexander Novak diga que Rusia está interesada en participar en las conversaciones sobre la congelación de la producción de petróleo, la palabra de Rusia no es de fiar.
Papel de la OPEP en la congelación del petróleo
El actual presidente de la OPEP, el ministro de energía catarí Mohammed al-Sada, sólo estaba siendo diplomático cuando dijo que "la OPEP sigue de cerca los acontecimientos y delibera constantemente con todos los Estados miembros sobre los medios para ayudar a restaurar el orden y la estabilidad en el mercado del petróleo”.
Esto no significa que la OPEP esté más cerca de acordar la congelación de la producción de petróleo de lo que lo estaba la semana pasada o el mes pasado. Al-Sada simplemente sigue la línea del partido, y los inversores no deben interpretar sus declaraciones como indicios de acción alguna.
Conclusión: recordemos la lección de Doha. A menos que todos los grandes países productores de petróleo ‒Arabia Saudí y Rusia‒ junto con Iraq e Irán (hasta cierto punto), realmente crean que una congelación de la producción de petróleo es beneficiosa para su país, ésta no se va a materializar.